Habían pasado catorce años desde que le diagnosticaron cáncer. El 8 de febrero de 2016, Marie Fredriksson tenía su última presentación con Per Gessle. Juntos eran Roxette. Tras el fallecimiento de la cantante sueca -el martes a los 61 años- se ha recordado ese concierto.

Vestida toda de blanco y corbata negra, Fredriksson interpretó algunos temas sentada, con el micrófono en la mano derecha y un bastón metálico en la izquierda.

A Fredriksson le diagnosticaron en 2002 un tumor cerebral. Se sometió a un tratamiento agresivo que le pasó factura pero que al final resultó exitoso, dijo su agencia. Sin embargo, perdió la vista de un ojo y quedó con oído y movilidad limitados, y no podía leer o escribir. Tampoco pudo hablar por un largo periodo de tiempo después del tratamiento, pero con los años logró volver de manera gradual a los escenarios.

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Y se notó en el último concierto, cuando agradeció junto a su compañero y a integrantes de la banda, haciendo con dificultad una venia al público.

Pero su voz nunca decayó. Se mantuvo firma. Como ella.

Así quedó demostrado en uno de los videos grabados esa noche y que circulan ahora en redes sociales como homenaje a su trayectoria.

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Fredriksson nació en el sur de Suecia el 30 de mayo de 1958 y comenzó su carrera artística en 1984. Dos años después formó Roxette con Gessle, y en 1989 el dúo saltó al estrellato con “The Look”.

Alcanzaron el éxito internacional con los discos “Look Sharp!” en 1988 y “Joyride” en 1991, y seis de sus canciones llegaron a los dos primeros lugares de la lista Hot 100 de Billboard. El dúo vendió 80 millones de discos y se embarcó en giras mundiales.

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Roxette produjo varios éxitos internacionales, incluidos cuatro número uno en Estados Unidos como "It Must Have Been Love", de la película "Mujer bonita", "The Look", "Listen to Your Heart" y "Joyride".

Eran la banda más conocida de Suecia desde ABBA en los 70 y 80, y en 2003, el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia les otorgó un premio real. Fredriksson hizo su primera aparición pública tras la operación por su tumor cerebral para recibir el honor con Gessle.

Le sobreviven su esposo, Mikael Bolyos, y sus dos hijos, Josefin y Oscar.