Tan controversial y tétrico como el personaje, así es posible referirnos al real origen del Joker, que data de mucho antes de lo que muchos piensan, según algunas versiones.

Basada en la obra literaria de Víctor Hugo ‘El hombre que ríe’, en 1928 llegó a los cines una película, que lleva el mismo nombre, dirigida por el alemán Paul Leni. Según la sinopsis oficial del filme, la trama se desarrolla a finales del siglo XVII y cuenta la historia de un  noble orgulloso que se niega a besar la mano del despótico rey Jacobo II de Inglaterra, “quien ordena a su bufón Barkilphedro deshacerse de él, por lo que será cruelmente ejecutado y su hijo quirúrgicamente desfigurado”.

Mediante cirugías y la alteración de los nervios de su rostro, al pequeño Gwynplaine le ‘dibujan’ una sonrisa permanente, que lo imposibilita de manifestar sus emociones a través de expresiones faciales. Tal crueldad se convierte en la causa principal de su desdichada vida.

Publicidad

La expresión fija del rostro de Gwynplaine, interpretado por el actor Conrad Veidt, fue la inspiración de Jerry Robinson, Bill Finger y Bob Kane, quienes crearon en 1940 con mínimas modificaciones al primer Joker, el perverso, sádico y controversial payaso que se convierte en el enemigo de Batman.

Similitudes y diferencias entre Gwynplaine y el Joker

Hay varias características que unen, y en otros casos dividen, a ambos personajes. 

Las similitudes son varias, más allá del aspecto de su sonrisa. Ambos personajes son marcados por una sociedad que los rechaza y los sumerge en una profunda soledad y tristeza; Gwynplaine incluso es la atracción principal de un circo al que llegan las personas a burlarse de su condición. 

Publicidad

Pese a todo, los dos experimentan el sentimiento de amar o ser amados. No hay que olvidar que el Joker cuenta con el respaldo de Harley Quinn, quien haría todo por él, mientras que Gwynplaine vive enamorado de Dea (Mary Philbin), quien también corresponde a ese amor, sin embargo, él vive con la pesadumbre de que ella merece a alguien mejor que él.

Lo que separa a estos personajes se basa en algo fundamental: su instinto. Gwynplaine se desenvuelve durante toda la trama como un hombre bondadoso, incapaz de dañar a alguien. Como sabemos, el Joker se caracteriza por su villanía y disposición para el mal.

Publicidad

Sus sonrisas tienen un origen distinto. El personaje proveniente de la novela de Víctor Hugo mantiene ese aspecto por un defecto físico provocado, en tanto que el Joker pasa por crisis de risa incontrolable producidas por una enfermedad psiquiátrica o nerviosa.

En 2005, en honor a la película que dio origen al Joker, los realizadores Ed Brubaker y Doug Mahnke escribieron ‘Batman: the man who laughs’, una historieta gráfica que lleva en su portada la imagen emblemática de Conrad Veidt caracterizando a Gwynplaine.

¿Quién fue Conrad Veidt?

Nació en Alemania en 1893 y murió en 1943 a  causa de un infarto mientras jugaba golf en Los Ángeles. 

Se caracterizó por desempeñar roles de malvado, loco o desquiciado debido a su aspecto físico delgado y marcados rasgos faciales. El gabinete del doctor Caligari (1919), Las manos de Orlac (1924), Agente Nazi (1942), Casablanca (1942), entre otras, constan en la larga lista de películas en las que participó.

Publicidad

Logró ubicarse como el segundo actor mejor pagado de Alemania, después de Emil Jannings, a quien él admiraba y consideraba su rival.

Fue un firme opositor del régimen nazi y, debido a su popularidad, la policía alemana incluso planeaba asesinarlo, sin embargo él logró escapar hacia Gran Bretaña y luego se mudó a Estados Unidos, en ambas naciones continuó desempeñándose como actor. (E)