La película A son of man. La maldición del tesoro de Atahualpa, dirigida por Luis Felipe Fernández-Salvador y Pablo Agüero, fue la encargada de la apertura de la quinta edición del Festival Internacional de Cine de Guayaquil (Festicine), que anoche tenía previsto su inauguración en Guayaquil.

Como un gran honor calificó Fernández-Salvador que su película haya sido la que abra el Festicine, en su ciudad natal. “Estoy honrado de haber nacido (aquí). El haber sido solicitado para hacer la apertura del festival con nuestra película y entregar premios, cineastas ecuatorianos compitiendo en este festival me llena de honor y estoy bastante contento”, dijo.

Con la proyección programada de anoche, fue la primera en su versión final, según el cineasta. “Es la primera vez que vamos a enseñar la película A son of man. La maldición del tesoro de Atahualpa en su versión final, ya que ha estado corriendo en los Óscar, Golden Globes y los circuitos de festivales en los que hemos estado con una versión que era un trabajo en curso, no era una versión terminada, va a ser la primera exposición de la película real y la película terminada, que es una nueva versión en cualquier sitio del mundo”, afirmó.

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El director también comentó que inclusive “no habiendo sido terminada, ha tenido un corte, un trabajo en proceso, por no parar el circuito de invitaciones” que les hicieron después de los Óscar y los Golden Globes siguieron con el mismo corte. Pero después de un mes de trabajo que realizaron entre Ecuador y Francia en la versión del filme ahora están haciendo el lanzamiento oficial.

A son of man viene de recorrer varios festivales internacionales, en donde recibió buenas críticas. Estuvo en Shanghái International Film Festival, luego en Taormina Film Fest; en el Festival Internacional de Cine de Rhode Island, en donde obtuvo el premio Grand Prize en la categoría Best feature. “En China, la revista Variety nos catalogó como una película que es un poema a la invención y a la exploración... Estuvimos en Taormina adonde nos invitó Oliver Stone, que era el presidente, Oliver realmente quedó fanatizado de la película y de Ecuador, y la llamó una obra maestra...”, aseguró. (I)