¿Quién se podía imaginar que en esta época postmoderna el mundo se iba a convertir en un sitio lleno de caos? Pues la realidad siempre ha superado a la ficción y George Orwell con su novela 1984 logró anticiparse a su tiempo, lo que fue una novela enmarcada en la ciencia ficción se convirtió en una inquietante y real premonición del planeta del siglo XXI.

Hambrunas, guerras, dictaduras políticas, desastres ambientales, mesianismos religiosos, fascismos enmascarados y una tecnología que se ha convertido en adictiva, con ese fenómeno de las redes sociales que han desagarrado ese velo entre lo público y privado. La locura y el caos son parte de nuestras vidas y han llegado para quedarse.

El cine desde sus inicios en el llamado género de ciencia ficción o fantástico trata de plasmar el mundo con futuros alternativos, esto fue el camino allanado para la anticipación, creadores de la etapa primitiva del Séptimo Arte como Mellies o Chomón nos brindaron películas donde el futuro era lleno de optimismo, el francés nos brindaba obras inspiradas en las novelas de Julio Verne mientras Segundo de Chomón reflexionaba sobre la tecnología y su uso benéfico para la humanidad.

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Pero esa aureola optimista desaparecerá en el lodo de las trincheras y la metralla devoradora de vidas durante la I Guerra Mundial y será Alemania la que lleve de la mano al género y a la distopía a la gran pantalla y el vehículo que utiliza se llamará El Expresionismo. El país Germano estaba hundido en la humillación de la derrota, y miraba su futuro con angustia , sumido en las convulsas aguas de la crisis económica y la amenaza de la revolución roja, y ese presente se reflejaba en su propio futuro cercano.

Afiche promocional de Metrópolis. Internet. 

Metrópolis la cinta dirigida por Fritz Lang sería el punto de partida de una serie de películas que se distanciarían de ese futuro lleno de optimismo que los precursores del genero habían preconizado, para Lang el futuro era un mundo dominado por la técnica industrial, arquitéctura modernista con edificios que llegaban al cielo, y con autopistas aéreas, un decorado exterior perfecto, pero en la profundidad del sistema se hallaba la dictadura de los señores, que expulsaban a las profundidades de la gran ciudad a los obreros y marginales que con su trabajo le daban la vida a la gran ciudad y sostenían la vida de lujos de los dominadores. La escena de los trabajadores subiendo las escaleras de la fabrica como zombis para ir al trabajo siendo vigilados por un enorme reloj produce escalofríos. Un prisionero del campo de concentración de Mathausen recordaría la escena al decirle a su compañero de infortunio que subía los grandes escalones del campo, ''te acuerdas de la película Metrópolis''.

La cinta del director alemán tendría todos los ingredientes de las cuales el género se nutriría a futuro: una decoración dominada por la geometría, ambientes decadentes, la robótica y su rebelión de la máquina contra el hombre, el científico rebelde, los problemas de alimentación, la contaminación y sociedades totalitarias.

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Y cada una de esas temáticas han sido base para realizar películas con futuros inquietantes, o verdaderamente de pesadilla, donde la esperanza está sepultada, lo que Orwell predijo de un estado manipulador, totalitario y vigilante se vuelve real en estas cintas, ejemplo La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick, una sociedad dominada por pandillas juveniles violentas, y donde el Estado ejerce una violencia incluso más brutal,  lobotomizando a uno de los personajes, para convertirlo en un fiel seguidor de las reglas de una sociedad bucólica y conformista.

Alex DeLarge (Malcom McDowell) y sus drugos en La Naranja Mecánica. Internet.

O un Estado diluido en un sistema de grandes corporaciones privadas, que han eliminado las guerras y el hambre, pero que desfogan la violencia y la muerte en el deporte, una forma de desviar la atención de las masas, pero es ese mismo Estado que no duda de manipular la historia a su conveniencia para mantener adormecida a la sociedad, deporte, desinformación y violencia brutal es lo que contiene Rollerball (1971) de Norman Jewison. Pero V de Vendetta (2005) nos muestra un estado fascista religioso que tiene todo el poder y el control sobre las personas, inquietante adaptación del comic de Alan Moore.

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El problema de la sobrepoblación y el control de la natalidad tiene cabida en cintas como Cuando el destino nos alcance (1973) de Richard Fleischer, donde la falta de comida es un grave problema para la sociedad, las imágenes de la contaminación y las protestas por la falta de alimentos son inquietantes. Una cinta muy reveladora es THX1138 (1971) de George Lucas antes de Star Wars, una de las mejores películas de este director, la visión oscura de un futuro donde la humanidad está condenada no tener hijos y a desprenderse de todo tipo de emociones como el amor, para controlar existe una policía de los sentimientos que tortura de manera violenta a los disidentes. Hijos de los hombres (2006) de Alfonso Cuaron, nos ubica en un mundo lleno de caos, inmerso en guerras donde el ser humano ha dejado de tener hijos, en Inglaterra un viejo revolucionario tiene la misión de proteger a la única mujer que ha podido quedar embarazada en medio de la lucha fratricida entre las fuerzas del Gobierno y los disidentes.

Escena de la película Los hijos de los hombres. Internet.

La inteligencia artificial, la rebelión de la máquina y su interrelación con los humanos es la temática de Blade Runner (1982) de Riddley Scott, una versión futurista y pesimista de Frankenstein, los androides aquí llamados replicantes se niegan a morir y buscan a su creador para que les alargue la vida, todo en un ambiente de cine noir, con una atmósfera llena de sombras y lluvia ácida, en 2917 la película tendría una exitosa secuela. La moda del cyber punk comienza a aparecer y que crearía un estilo propio siendo películas como Akira (1988) o Matrix (1999) las mayores exponentes de este género.

 

Películas distópicas

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Battle Royal (2000). Película japonesa para eliminar a los jóvenes estudiantes rebeldes, pues los hacen participar en un mortal juego llamado Battle Royal.

Escape de Nueva York (1981). Un mercenario tiene que entrar en New York que se ha convertido en una gigantesca prisión con la misión de rescatar al presidente.

Yo, robot (2004). Un policía tiene que investigar un asesinato, se sospecha que un androide esta atrás del crimen.

Días extraños (1995). Un ex policía se adentra en una intriga que tiene que ver con una conspiración a gran escala, teniendo como fondo el tráfico de discos virtuales que son una especie de droga.

La fuga de Logan (1976). Un mundo cubierto de una cúpula de cristal solo permite a las personas vivir hasta los 30 años, luego tienen que participar en un juego mortal.

Mad Max (1979). La carretera es el campo de batalla de pandillas salvajes que se disputan la gasolina, escenario de un mundo apocalíptico.

Mel Gibson interpreta a Max Rockatansky en la primera entrega de Mad Max. Internet.

El planeta de los simios (1968). El peor de los futuros posibles, la escala zoológica esta de cabeza, un planeta donde el hombre es la presa y el simio el cazador.

El expreso del miedo (2013). Lucha de clases en clave futurista. El calentamiento global ha aniquilado a casi toda la humanidad. Los supervivientes viajan en un tren que atraviesa un mundo de hielo y nieve, un tren en el que hay dos clases sociales claramente diferenciadas, pero el descontento lleva a la revuelta.

Doce monos (1995). Un presidiario del futuro es enviado a principios del siglo XXI para que investigue el origen de una plaga que diezmará el género humano. (I)