Mientras cinéfilos hacían fila para ver Roma, de Alfonso Cuarón, en el Festival de Cine de Telluride en agosto, un vehículo se detuvo frente al sitio. Un hombre alto se bajó del vehículo. Sonrió y saludó a la gente antes de entrar al cine.

“¿Era alguien famoso?”, preguntó alguien en la audiencia.

Quizá el público no conoce a Scott Stuber, pero se está volviendo uno de los personajes más importantes en el negocio del cine. Stuber, de 50 años, pasó de ser vicepresidente de Universal Pictures a dirigir la rama de cine de Netflix. Su misión es hacer que el catálogo de películas originales del servicio de transmisión sea tan formidable como el de sus series, que recibieron 112 nominaciones al Emmy el 2018.

Publicidad

Con Roma, que ha recibido excelentes críticas y se estrenó el 14 de diciembre en Netflix, Stuber ha impulsado al gigante del internet al centro de la contienda de los premios Óscar. Es probable que el filme de Cuarón le consiga a Netflix su primera nominación en la categoría de mejor película. Para asegurarse de ello, la empresa está apoyando Roma, con la que quizá es la campaña de los premios de la Academia más extravagante jamás organizada.

Sin embargo, esa película de Cuarón es solo el comienzo de la misión cinematográfica de Stuber, la cual ya está confrontando a los estudios y cadenas de cines tradicionales con una pregunta que les provoca pánico: tal como Netflix provocó que muchas personas dejaran de contratar servicios de televisión por cable, ¿ahora causará que la gente deje de ir al cine?

Ya irrumpió en el negocio de la televisión y de la música, ahora el internet amenaza el corazón de Hollywood.

Publicidad

Stuber, armado con grandes presupuestos (financiados en parte a través de deudas), ya alista los próximos estrenos de Martin Scorsese, Steven Soderbergh, Dee Rees, Guillermo del Toro, Noah Baumbach y aquel rey del espectáculo hollywoodense Michael Bay. “Si vas a construir un gran estudio fílmico, debes hacerlo con grandes cineastas”, dijo Stuber en una entrevista. Señaló que la realeza de Hollywood –como Meryl Streep, Ben Affleck, Eddie Murphy o Sandra Bullock– ya tiene acuerdos para realizar películas con Netflix.

El departamento del que se encarga Stuber tiene como propósito estrenar 55 películas originales al año, entre ellas algunas con presupuestos de hasta $ 200 millones. Si a esa cifra se le suman los documentales y las películas animadas, manejadas por otras divisiones, el número anual de lanzamientos cinematográficos de Netflix ronda casi 90 filmes al año. En comparación, Universal, uno de los estudios tradicionales, lanza unas 30 películas al año.

Publicidad

Hasta ahora, el mundo del cine ha quedado relativamente protegido de las fuerzas digitales. La mayoría de las películas se estrenan de la misma manera en que se ha hecho durante décadas: primero en los cines, con un periodo de exclusividad de casi tres meses, y ya después en casa. Varias cadenas de cine han hecho frente a las presiones para acortar ese periodo, porque les preocupa que la gente no quiera comprar boletos si pueden ver lo mismo en su hogar poco tiempo después.

“Dada la rentabilidad marginal del negocio de los cines, si pierdes el 10 por ciento de la audiencia –porque algunas personas se quedan en casa– varios cines podrían quebrar”, afirmó John Fithian, actual presidente de la Asociación Nacional de Propietarios de Cines de Estados Unidos.

Netflix ignora, en buena medida, esa etapa de estreno en las salas de cine. Pero para intentar clasificar para las entregas de premios, un puñado de las películas de Netflix son lanzadas simultáneamente en internet y en algunos cines. Con el impulso de Stuber, la empresa develó un tercer modelo de lanzamiento para Roma y dos otras películas de prestigio: primero estuvieron disponibles en cines –aunque solo durante una a tres semanas– y ya después en su servicio en línea. (E)