La mejor señal para comprobar que un concierto valió la pena, además de ver a los artistas empapados de sudor y sonriendo sobre el escenario, es salir del lugar del espectáculo casi sordos (por los gritos) y roncos (por las canciones coreadas a viva voz). Anoche, en el coliseo Voltaire Paladines Polo,  la fiesta que encendieron los músicos mexicanos de Reik y los jóvenes artistas de CNCO,  dejaron más que satisfechas a sus fans. Las más eufóricas, lista y dispuestas a  esperar por verlos en vivo desde tempranas horas de la tarde.