La mejor señal para comprobar que un concierto valió la pena, además de ver a los artistas empapados de sudor y sonriendo sobre el escenario, es salir del lugar del espectáculo casi sordos (por los gritos) y roncos (por las canciones coreadas a viva voz). Anoche, en el coliseo Voltaire Paladines Polo,  la fiesta que encendieron los músicos mexicanos de Reik y los jóvenes artistas de CNCO,  dejaron más que satisfechas a sus fans. Las más eufóricas, lista y dispuestas a  esperar por verlos en vivo desde tempranas horas de la tarde. 

A diferencia de otros espectáculos, en los que el tráfico se vuelve caótico por los vehículos que se aglomeran en los exteriores, sumado a los vendedores, en este el flujo vehicular se mantuvo con normalidad.  En el interior del recinto, en casi todas sus localidades la presencia de jovencitas en grupo, con sus madres o con algún adulto acompañándolas era evidente. 

Estaban listas. Con camisas con los nombres de los artistas, con cintillos o muñequeras, con letreros que sujetaban en las barandas del coliseo, con letreros, globos e infinidad de detalles para captar la atención de los artistas.

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El espectáculo lo arrancó Ana Paula, artista ecuatoriana que en el escenario apareció con un grupo de bailarines. Acompañada del aplauso del público, la energía fue contagiante. Todos corearon sus canciones. Buena muestra del respaldo de la audiencia para un artista. Intuición,  Quiero ver, La Muy Muy y No hay drama (sencillo que estrenó anoche) fueron su repertorio. 

Aunque la mayoría de las asistentes parecía que acudía únicamente por los chicos de CNCO (la nueva  y fuerte sensación juvenil musical), fue grato escuchar a todas cantar cada uno de los temas de los mexicanos de Reik. Apenas aparecieron en el escenario, en medio de las imágenes que proyectaban la pantalla gigante central de la tarima, los gritos retumbaron en el coliseo. Las siluetas de los músicos levantaron a las asistentes del día mientras los primeros acordes de Que vida la mía se escuchaban. 

Jesús Navarro,  Julio Ramírez y Bibi Marín sabían a lo que iban. No pararon ni un momento.  Bailaron (Jesús lo hizo de manera muy sensual provocando incluso más euforia entre las asistentes). Se entregaron con la misma energía que fueron recibidos. 

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Noviembre sin ti,  Invierno, Inolvidable, Te fuiste de aquí, Creo en tí, Ya me enteré (en su versión remix con Nicky Jam), Reik recorrió su variada y nutrida  discografía que no solo incluye profundas, sentidas y románticas letras sino que también se ha adaptado a la nueva ola fusión de los artistas y que se ha fusionado de buena manera con otros géneros, como el urbano.

Qué gano olvidándote (en su versión urbana con Zion & Lennox),  Yo quisiera (el tema con el que se dieron a conocer como agrupación) y Amigos con Derechos (ft. Maluma), Me niego (ft. Ozuna y Wisin) mostrando un lado más suelto y bailarín de Jesús, que cada vez que se acercaba a las fans de las primeras localidades, con Bibi o Julio, causaba nuevamente un grito ensordecedor (todo el sector debió escuchar a las fans). Cada interpretación del trío, además de la puesta en escena en vivo, mostraba además los videos de  las respectivas canciones.  Como tradición de los artistas, también pidieron a sus fans que saludaran a la cámara para grabarlas y compartir ese momento en sus redes sociales. 

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Un gigante GRACIAS apareció en la pantalla central con el fondo de la bandera ecuatoriana para marcar su despedida y dar paso a sus compañeros de CNCO.  

Entre cambios y arreglos del equipo de producción, entre cada prueba de luz, fuegos  y sonido, el público comenzaba a exigir la presencia de los artistas. ¡CNCO, CNCO, CNCO!! era el pedido de la multitud.

Joel Pimentel,  Erick Brian, Christopher Vélez, Zabdiel de Jesús,  y Richard Camacho, vestidos de pantalón negro, camisa blanca con sus nombres y chaquetas doradas, fueron el detonante de una histeria general en el coliseo. Las sombras de sus siluetas en tarima descontroló (los gritos eran realmente fuertes) a la jovencitas que en medios de TE AMO, TE AMO!!! opacaban las voces del quinteto que apareció para cantar HEY DJ.

"Los amo, los amo, vine con mis amigas, es hermoso estar aquí y verlos tan cerca", dijo Mariana, de 16 años, quien estaba acompañada de un grupo de sus compañeras de colegio. 

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Perfectamente sincronizados, seguros de que cada chica presente seguía sus pasos, los CNCO bailaban y recorrían toda la tarima. Era imposible que el cuerpo no se moviera con los pegajosos ritmos. Verlos en vivo deja comprobar porque el fanatismo de quienes están pendientes de su carrera y día a día. La entrega en escena fue total. Su baile, mientras cantaban, entre que subían y bajaban del escenario, no se permitían no atender a sus cncoowners. Les guiñaban los ojos, les sonreían, las saludaban y lanzaba besos al aire con complicidad. Ellos saben como enamorarlas.

Su show estaba diseñado para que los cinco artistas pudieran también compartir su adrenalina. En la parte superior de la tarima, cinco cuerdas les permitían lanzarse a la parte baja a manera de piruetas.  CNCO y Reik compartieron también escenario para interpretar juntos el tema de los mexicanos Ya me enteré.

Mi medicina,  Se vuelve loca, Solo yo,  Quisiera,  Mamita,  Tan fácil,  Fiesta en mi casa, Bonita, Reggaetón lento fueron letras que por momentos se escuchaban más en las voces de las asistentes que en las de CNCO. Se dieron tiempo para todo. Incluso para dedicarles la canción Fan enamorada, melodía que popularizaron el dúo de hermanos venezolanos Servando y Florentino, compuesta por Ricardo Montaner, a la que le dieron un nuevo género.  

"En medio de ese mar de caras, que me enamora ahí estás tú, que ya leí tu carta", parte de la letra de esta melodía fue también una realidad. Los chicos que alguna vez fueron participantes del reality La Banda de Univisión leyeron en el escenario las cartas de sus seguidoras. Este detalle, fue realmente un gesto diferenciador de los CNCO. 

El espectáculo siguió pasadas las 23:30, pero al público parecía no importarle. Total, la mayoría ya satisfechas de la fiestas que vivieron, eran esperadas en los exteriores por sus padres o familiares, que similar a las kermeses colegiales, ya se agrupaban en las puertas por sus hijas.  Buen concierto, excelente público, grandes artistas. (E)