La séptima edición del Festival de cine La Orquídea arrancó oficialmente hoy, 19 de octubre, con la presentación y rueda de prensa de algunos de los artistas invitados. Entre ellos, la actriz peruana Stephanie Cayo (Club de cuervos, Netflix), el director chileno Sebastián Leilo, ganador del Óscar por la cinta Una Mujer Fantástica, también, el actor mexicano Damián Alcázar (Ana y Bruno, Crónicas) y Darío Yazbek, actor de la producción de Netflix, La Casa de las Flores. Otros invitados internacionales como los cantantes Fonseca y Aleks Syntec, se unirán a la cita en las próximas horas.

El acto se realizó en la Casa de la Provincia (Cuenca, Azuay) y contó con la presencia de dignidades locales: Paúl Carrasco, prefecto del Azuay, María Angélica León, delegada del Ministerio de Turismo, Gabriel Cisneros, viceministro de cultura y patrimonio y María Cecilia Vásquez, directora del proyecto Crecer.

El prefecto destacó que la cita  cinematográfica apuesta por incluir a toda la ciudadanía en las diversas expresiones culturales de esta rama artística y apunta a convertirse en un proyecto de vida comunitario. “Para nosotros no se trata solo de proyectar películas, sino de la construcción de una propuesta de democracia alternativa y participativa”, precisó.

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Reveló que se prevé la creación de una fundación que garantice la continuidad del festival, luego de su gestión, y la realización de las siguientes ediciones. Tal iniciativa, adelantó, ya cuenta con el respaldo de una institución financiera de esa provincia.

La ocasión sirvió, además, para la firma de un convenio entre el festival y el Ministerio de Cultura, que ratificó su apoyo para la cita cinematográfica.

Esta noche, se proyectará la cinta inaugural Bruno y Ana (México). La agenda de actividades se extiende hasta el jueves 26 de octubre y puede consultarse en: https://www.festivalcineorquidea.com/

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Voces internacionales

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Los invitados manifestaron su entusiasmo por visitar Ecuador y por este tipo de  iniciativas que visibilizan a nuevos creadores audiovisuales. “Creo que este festival incentiva muchísimo el talento local y el talento nacional. Ojalá que la semilla que se está sembrando aquí dure siglos y mucho más para que produzca sus frutos: darles una posibilidad a todos los talentos ecuatorianos”, expresó Alcázar.

Sebastián Leilo ofreció una visión similar: “El festival puede convertirse por un momento en el corazón de una ciudad, y también entre los que asistimos, se genera esa sensación tan importante de que nos une una misma lengua y de que a pesar de nuestras sutiles diferencias culturales, hay mucho más que nos une, que aquello que nos separa, y eso también se celebra aquí”. (I)