Con su música, así lo despidieron este sábado al cantautor guayaquileño Carlos Aurelio Rubira Infante, quien mañana iba a cumplir 97 años.

Amigos, familiares, cantantes y sus fanáticos se reunieron en la Sala de Velaciones Exclusiva 2 de la Junta de Beneficencia de Guayaquil durante la mañana y parte de la tarde. Ayer sus restos fueron velados en el Salón de la Ciudad.

“El cielo no quiso esperar (y se lo llevó)”, expresó José González mientras sostenía la imagen del compositor, que fue publicada este sábado en diario Súper.

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González, de 50 años, fue uno de las decenas de fanáticos de Rubira Infante que llegaron hoy hasta la sala de velaciones para despedirse del autor de más de 600 canciones del repertorio nacional.

Confiesa que lloró al enterarse de la partida del artista, mientras estaba sentado en los exteriores de la sala, adonde arribó desde las 07:30. “El féretro (del artista) llegó a las 10:20”, comentó, y añadió que Playita mía es uno de sus temas favoritos.

Al frente de González estuvo otro fanático del artista guayaquileño, Óscar Loor, de 69 años, quien también lamentó la partida y la “pérdida de un gran compositor”.

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Así como González y Loor, más fanáticos, familiares, amigos y artistas se encontraban dentro y fuera de la sala de velaciones.

Hilda Murillo junto con su madre, Fresia Saavedra, fueron dos de las artistas que, cerca del féretro, interpretaron algunos temas de la autoría de Rubira Infante.

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Minutos después, a ambas se les unieron más artistas, entre ellos Fernando Vargas, quien fue alumno del cantante desaparecido.

El homenaje post mortem continuó para Rubira Infante. El tema ícono Guayaquileño, madera de guerrero fue entonado con euforia no solo por los artistas que estuvieron cerca del féretro, sino por todo el público que se encontraba agolpado ayer en el sitio.

“Este es un duelo de todo el Ecuador. No es un duelo solamente de los Rubira (...), porque mi padre con sus canciones ha sabido levantar los ánimos cuando la patria ha estado caída. Ha sabido despertar el amor cuando un hombre ha querido enamorar más a su esposa. Ha sabido despertar el amor a la madre, a la familia con sus canciones”, comentó Gilda Rubira, una de las hijas del cantante guayaquileño que hoy se disponía a cumplir 97 años.

Gilda señaló que su progenitor fue un intérprete “mayor del sentimiento ecuatoriano”.

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“Pienso que todas aquellas personas que se han sentido identificadas con la música que mi padre ha creado, esas personas están de duelo. Y no es solamente aquí en el país, también fuera, porque tenemos ecuatorianos por todo el mundo y ellos al cantar las canciones de mi padre lloran (...)”, agregó.

El sepelio de Rubira Infante se realizó pasadas las 16:00, en el Cementerio General, por la puerta 8. (I)