Richard Carapaz llegó a esta Vuelta como gran baza para la general por parte del equipo británico Ineos. Sin embargo, las sensaciones no fueron buenas una vez llegó la carrera a España tras el inicio en Países Bajos. Fue definitivamente en Asturias cuando el ecuatoriano cambió de objetivo: a etapas. Y ya sumó una en la cima andaluza de Peñas Blancas. “Objetivo cumplido, pero quiero más. Intentaré en Sierra Nevada”, dijo por entonces.

No fue en Sierra Nevada, sino en La Pandera, pero Richard volvió a alzar los brazos en otra cima andaluza, esta vez en Jaén. “Conocía la subida muy bien. Intenté ascender a mi ritmo, sin desesperarme, porque sabía que era un puerto complicado. Vine por la general a La Vuelta, pero tuve problemas en casa”, destaca. En menos de una semana, pasó de renunciar a la general a lograr dos etapas montañosas: “Si me lo dicen entonces, hubiese sido muy difícil de imaginar. Las cosas son como son y hay que recibirlas así”, añade.

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“Sabiendo que tenía compañeros en mejor posición, como Carlos Rodríguez y Tao Geoghegan Hart trabajé para intentar ayudarles y asumí con total responsabilidad mi papel”, subraya.

Está en sus últimos meses en el Ineos, ya que se marcha al Education First a partir de 2023. Y para conquistar el maillot rojo en Madrid, da un nombre: “Creo que Evenepoel está corriendo inteligente y lo puede lograr”, dice la Locomotora del Carchi. (D)