Mathieu Van der Poel (Alpecin Fenix), consiguió “una victoria gratificante” en la tercera etapa de la Tirreno-Adriático disputada entre Monticiano y Gualdo Tadino, con un recorrido de 219 kilómetros, un duelo cara a cara con el belga Wout Van Aert, que mantuvo el maillot azul de líder.

Un esprint entre los grandes resolvió la etapa, y entre todos el más fuerte fue van der Poel, potente en la recta de meta, donde arrancó para imponerse con claridad, incluso con los brazos cruzados y luego con gestos de euforia por delante de su gran rival del ciclocrós, van Aert, y del italiano Davide Ballerini (Deceuninck-Quick Step), con el colombiano Sergio Higuita (EF Education-Nippo) a rueda.

Una jornada de transición en la que van Aert mantuvo la camiseta azzurra que le acredita como líder de la “Carrera de los Dos Mares”, con una ventaja de 4 segundos sobre van der Poel, 10 sobre el francés Julian Alaphilippe y 19 ante Mikel Landa, quien precede a Tad Pogacar.

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Etapa ondulada con seis subidas para el trayecto más largo de la presente edición. No tardó en salir la fuga con permiso de un pelotón que no vio necesidad para el sacrificio a la hora de amargar las aspiraciones de Mattia Bais (Androni Giocattoli-Sidermec), Tobias Ludvigsson (Groupama FDJ), Guillaume Boivin (Israel Start-Up Nation), Niki Terpstra (Total Direct Energie) y Mark Padun (Bahrain-Victorious), capaces de abrir una ventaja máxima de 9 minutos en el kilómetro 70.

Las numerosas cotas no suponían gran dificultad, solo una era puntuable, el Poggio della Croce, en cuyo ascenso se retiró el esprinter australiano Caleb Ewan (Lotto Soudal). Por la citada cima el retraso del pelotón de favoritos era de 4 minutos 7 segundos.

La fuga fue languideciendo, controlada de manera matemática por el pelotón. La resistencia fue consistente, duró 210 kilómetros. Todo el día al frente, el quinteto fugitivo se terminó de disolver entre la multitud a 2,5 km de Gualdo Tadino, provincia de Perugia y región de Umbría.

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Los equipos de los velocistas empezaron a mostrar sus intenciones. El Alpecin-Fenix puso a tirar nada menos que a Tim Merlier, pero el Deceuninck también tenía que mostrar su innegable poderío.

La manada de lobos mostró los dientes con el checo Zdenek Stybar, arrancando de tal manera que abrió un pequeño hueco. Los hombres de van der Poel colocaron en su sitio al líder, ocupado en el marcaje mutuo con los grandes rivales de principios de temporada, Alaphilippe, siempre atento, y van Aert, siempre en su sitio para disputar la victoria.

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Se lanzó el líder, contestó van der Poel, con una potencia que le permite ser intratable. El cuatro veces campeón del mundo de ciclocrós y reciente laureado en la Strade Bianche firmó la tercera victoria de la temporada. Gratificante y espectacular.

Este sábado se disputa la cuarta etapa entre Terni y Prati di Tivo, de 148 kilómetros. Jornada clave de montaña con un puerto de categoría especial, el Passo Capannele (13,8 kms al 4,5 %) y la meta en alto tras un ascenso de 7 kilómetros. (D)