El boxeador británico Peter Buckley logró un récord que nadie ha podido igualar: 88 derrotas consecutivas. A pesar de entrenar tres horas diarias, nunca alcanzó un título importante.

Su primer encuentro como profesional fue en 1989 y así siguió por 20 años, disputando 300 peleas en ese periodo. De ellos, solo ganó 32, pero tuvo la oportunidad de combatir con varios campeones del mundo.

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“Me encanta el boxeo y disfruto cada vez que subo al ring”, declaraba. En varios ocasiones la Junta Británica de Control del Boxeo le solicitaba retirarse debido al riesgo que sufría cada vez que participaba en un combate, pero su amor por el deporte era más grande.

Peter Buckley nació en Birmingham en 1969, era un peso wélter, pero bajaba y ascendía de categoría en función de los rivales.

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En febrero de 2000 le llamaron con una hora de antelación para sustituir al oponente de Alex Moon, campeón de la Commonwealth, que se había lesionado en el último momento. Moon llevaba meses de preparación, el combate iba a ser televisado y todo el aforo estaba vendido. Eso no detuvo a Buckley, quien cogió sus guantes y se presentó a pelear.

“Tengo que estar agradecido al boxeo. Me ha dado casa, coche y vacaciones, y gracias a él, mi mujer y mi hija viven sin penalidades”, afirmó.

Nunca se desanimó a pesar de la racha de derrotas porque, como él mismo aseguraba, se mantenía en buena forma física tras entrenar tres horas todos los días y poseía una buena técnica para esquivar los golpes.

En 2003 le concedieron un premio honorífico por su carrera. El máximo éxito que alcanzó fue ser campeón regional de los Midlans en el peso superpluma en 1991.

Buckley abandonó el boxeo tras una pelea en su ciudad natal cuando había cumplido los 40 años, habiéndose ganado el apodo de El Profesor. (D)