“No sé nada, estoy de vacaciones, de verdad”. Estas fueron las primeras palabras de Xavi Hernández nada más aterrizar en Barcelona, al filo de las 14:10 hora loca, procedente de Doha. El técnico del Al Sadd, que llevaba dos años sin pisar tierras catalanas por culpa de la pandemia de COVID-19, se encontró con una comunión de periodistas y cámaras que le estaban esperando en la puerta de salida de la Terminal 1.

Los rumores sobre la posibilidad de que Xavi releve a Ronald Koeman en el banquillo del FC Barcelona se han multiplicado en los últimos días, sobre todo tras la información que publicaba el Diario Ara el pasado sábado acerca de una inminente reunión con Joan Laporta para hablar de la posibilidad de coger el testigo de Koeman de cara a la próxima temporada. Sin embargo, tanto el club como el entorno del propio jugador lo han negado sistemáticamente, asegurando que no hay nada todavía y que no tienen previsto reunirse con nadie del club, al menos de manera inminente.

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Lo que parece evidente es que los días de Koeman al frente del equipo se han agotado. Los últimos resultados, sobre todo tras la derrota ante el Granada en el Camp Nou (1-2), han precipitado los acontecimientos, con un Laporta decidido a promover una revolución tanto en el banquillo como en la plantilla.

Evidentemente, Xavi es uno de los candidatos mejor posicionados: conoce perfectamente la casa, con una carrera intachable tanto de jugador como de entrenador, pieza angular del mejor Barça de todos los tiempos, identificado plenamente con el ADN blaugrana y con ganas de asumir el reto de su vida, tras haber dicho dos veces ‘no’ en anteriores ocasiones porque consideraba que todavía no había llegado su momento.

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Xavi, que llegó acompañado de su familia, tiene previsto quedarse más de un mes en Cataluña, por lo que se ha llevado consigo un total de veintidós maletas, una cantidad de equipaje que más de uno dio por hecho que invitaba a pensar que ya no se iba a marchar. (D)