Máximo Banguera, un referente en la historia reciente de Barcelona SC y del fútbol ecuatoriano, vive una nueva etapa alejada de los arcos, pero siempre ligada al deporte.

En diálogo con EL UNIVERSO, el exguardameta cuenta cómo nació la Liga Nacional de Leyendas, un proyecto que busca reunir a exfutbolistas del país para mantener vivo su vínculo con el fútbol y ofrecerles un espacio competitivo y recreativo tras el retiro.

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Con más de 280 jugadores inscritos en su primera edición, el torneo ha despertado entusiasmo entre las glorias y los aficionados que vuelven a ver en acción a sus ídolos.

Banguera también habló de su faceta como comentarista deportivo, una experiencia que, dice, le permite analizar el juego desde la lupa de quien lo vivió desde adentro.

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¿De dónde surge la iniciativa por crear la Liga Nacional de Leyendas?

Lo tenía armado hace dos años. Por falta de tiempo no lo ejecutaba, pero ahora se dio la posibilidad de arrancar con la liga. Reunimos a todos los exfutbolistas de Ecuador para tener nuestro espacio y seguir disfrutando de lo que nos gusta. Ha arrancado muy bien y la idea es seguir creciendo.

¿Cuál es el objetivo del torneo?

Cuando terminas tu carrera profesional siempre queda esa nostalgia y depresión porque nos gusta el fútbol. Ahí apuntamos, que el futbolista de alto rendimiento pueda tener su liga, solo podrán jugar exfutbolistas.

¿A qué se refiere cuando dice que el exfutbolista queda con un resentimiento?

Me gusta conversar mucho con compañeros del fútbol entonces hay un resentimiento porque piensan que les han cerrado las puertas o un compañero no se lleva con el otro... y se han llevado todo eso fuera de la cancha. Es momento de que nos podamos unir, disfrutar, seguir creciendo y dejar todo eso atrás. Cuando se tocaron las puertas, las abrieron; siempre hay que ir a buscar.

¿Cómo ve la aceptación de las glorias y del público?

Las glorias vuelven a vivir esos momentos de camerino, de saltar a la cancha con amigos que te ha regalado el fútbol, eso ha tenido una buena aceptación. Arrancamos en la Costa con 280 exjugadores. El público ha ayudado muchísimo. La idea es que la gente esté cerca de sus ídolos.

¿Cómo vive su etapa de comentarista deportivo?

Aprendiendo. Me metí a la comunicación, es algo muy bonito hablar de lo que uno aprendió dentro de la cancha, de la experiencia. Me está gustando. Más adelante poder ser de los mejores comentaristas como lo hice en el fútbol.

El futbolista critica a la prensa, la prensa critica al futbolista; usted ha hecho las dos...

Es una bonita combinación porque hablarlo desde afuera o desde adentro es muy distinto. Con la experiencia que uno tiene, se maneja de una forma y trata de comunicar con base en la experiencia. Sabemos cuándo un entrenador ya no tiene un discurso y fuerza necesaria para seguir en un club, más allá de criticarlo, sabemos en qué momento el mensaje ya no le llega al jugador. Allí nosotros (exfutbolistas) podemos opinar. (D)