Su talento precoz ilusionó a Brasil, a la caza siempre del “nuevo Pelé”. Pero el exatacante Robinho no pudo mantener el brillo en su carrera, manchada por una condena de violación que ahora debe llevarlo a prisión en su país.

La imagen del exdelantero de la Seleção entrando a una cárcel se presenta más cerca que nunca, luego de que un alto tribunal brasileño aceptara este miércoles que pague en Brasil una sentencia de la justicia italiana que lo condenó a nueve años de prisión por violar en grupo a una joven en Milán en 2013.

Se filtran los diálogos de los audios en los que Robinho habla sobre la violación a la joven en Italia

La historia deportiva de Robson de Souza, más conocido como Robinho, de 40 años, es la de muchas promesas brasileñas: emocionantes derroches de buen fútbol, comparaciones precipitadas con ‘O Rei’, fichajes millonarios con grandes clubes de Europa... y decepciones.

Publicidad

Nacido en la ciudad de Sao Vicente, en el estado de Sao Paulo, despuntó a los 18 años en el Santos, el club que Pelé hizo famoso, como potencial sucesor de la brillante y laureada generación de Ronaldo, Ronaldinho Gaúcho y Rivaldo.

Ganó dos campeonatos (2002, 2004) y fue considerado el mejor futbolista de Brasil en 2004, un año antes de que cruzara el Atlántico para unirse al Real Madrid, donde el legendario Alfredo Di Stéfano le dio la bienvenida.

Robinho está en problemas: en Brasil analizan homologación de condena por violación en Italia

Al firmar con los merengues de Ronaldo, Roberto Carlos, Zidane, Casillas, Beckham y Raúl, el menudo y habilidoso extremo se disponía a conquistar Europa, pero debió conformarse con alzar dos ligas (2007, 2008) y una Supercopa de España (2008).

Publicidad

Anotó 35 goles en 137 juegos con el Madrid, donde las aspiraciones de que se tornara en una superestrella empezaron a mostrar grietas.

Descontento porque los blancos querían venderlo para poder comprar al portugués Cristiano Ronaldo, partió en 2008 al Manchester City de Inglaterra, en un fichaje de 40 millones de euros, destacado para la época.

Publicidad

Tuvo una buena primera temporada, pero el fervor fue decayendo debido a que sufrió una lesión de tobillo en septiembre de 2009 que lo marginó casi tres meses de los campos.

Robinho luego del Madrid nunca pudo mantener regularidad en ningún club

A principio de ese año, además, protagonizó un primer escándalo: fue detenido brevemente por una presunta agresión sexual contra una joven en un club de Leeds, aunque quedó libre de cargos tras la investigación.

La caída

Con dificultades para abrirse hueco en la plantilla, dejó a los Citizens en el mercado invernal de 2010 con rumbo a casa, el Santos, donde tuvo un paso fugaz antes de marcharse al AC Milan donde tuvo actuaciones destacadas, pero de nuevo sucumbió a su intermitencia.

Con los rossoneri alzó la liga italiana de 2011, su última gran conquista en la primera línea europea, que abandonó a los 30 años para probar suerte de nuevo en el Peixe y luego en otros confines: el Atlético Mineiro de Brasil, el Guanghzou Evergrande de China y el Sivasspor y el Başakşehir de Turquía.

Publicidad

Con la selección brasileña marcó 28 anotaciones en 100 partidos, el último de ellos fue en 2017 en un amistoso contra Colombia. Conquistó las Copas Confederaciones de 2005 y 2009 y la Copa América de 2007.

Robinho fue sentenciado en una corte italiana a nueve años de cárcel por su implicación en la violación de una mujer de 22 años en un club nocturno en el 2013.

Disputó los Mundiales de 2006 y 2010, en los que la Seleção cayó en cuartos de final, en una fase de transición entre el título de 2002 y la llegada de la generación de Neymar.

Estando en el Mineiro, en 2017, fue notificado de la condena en primera instancia por la violación en grupo cometida contra una joven albanesa en Milán.

A pesar de la sentencia, jugó tres temporadas más entre Brasil y Turquía, pero su carrera tuvo un final abrupto luego de que regresara al Santos en 2020.

La presión de hinchas, medios y patrocinadores hizo que el club rompiera el contrato sin que llegara a debutar. Nunca más volvió a jugar. (D)