Wayne Rooney ha vestido los dos colores que tienden a antagonizar en el mundo del fútbol. Primero fue el azul del Everton, el equipo de su infancia, y posteriormente el rojo del Manchester United. En Old Trafford se convirtió en el máximo anotador histórico del club, fue capitán y se convirtió en ícono de los diablos rojos antes de terminar su carrera en el DC United de la MLS estadounidense.