El Chelsea se podría arruinar ya que sus cuentas bancarias han sido congeladas y las fuentes de ingresos se han paralizado, como adelantaba The Times. El pasado jueves, los aledaños de Stamford Bridge se poblaron. Era 10 de marzo y el Chelsea cumplía 117 años, pero las cámaras y los micrófonos de los periodistas tenían otro objetivo.

Horas antes, el Gobierno británico hizo pública la sanción a Roman Abramovich por sus vínculos con Vladimir Putin. Una medida que dejó al club de Londres sin dueño, y por eso los aficionados blues, todavía incrédulos, se acercaron a los accesos al estadio en Fulham Road.

“No sé cómo sentirme. Triste, enfadada... Me temo que el club puede desaparecer”, confesaba una joven británica a este periódico y reproduce diario AS de España.

Publicidad

En ese momento, Three, compañía telefónica y principal sponsor, anunciaba la suspensión de su patrocinio por el que el Chelsea ingresaba 47 millones de euros anuales.

Un golpe a la economía del equipo, que podría enfrentarse a una deducción de 9 puntos en la Premier League si no equilibra sus cuentas. Sobre esta posibilidad se hacía eco una pareja de pakistaníes, fiel al conjunto de Tuchel y que exponía lo siguiente: “Ahora somos los mejores de Europa, pero podemos acabar en el fondo de la clasificación... como seguidores, no vemos la política y el fútbol juntos”.

Pese a sus vínculos con Vladimir Putin, la afición del Chelsea conserva su aprecio por Abramovich, que va a ser difícil de olvidar. Así lo resumía Alex Crook, periodista de Talksport: “Los hinchas están preocupados por el nuevo dueño. Muchos aprecian a Abramovich y creen que el Gobierno le ha sancionado de forma demasiado dura. Yo no estoy de acuerdo, creo que era inevitable, pero ha venido más rápido de lo esperado”.

Publicidad

“Será una época aburrida para los aficionados del Chelsea, pero para los analistas va a ser interesante ver cómo sale de esta el club”, predecía para AS Jake Stoked, corresponsal de Football London.

Por lo pronto, y a pesar de las restricciones económicas impuestas por Downing Street, el Chelsea vuela a Lille el próximo lunes para jugar la vuelta de los octavos de final de Champions League, pero no tendrá que cambiar sus planes de vuelo o alojamiento porque el viaje ya había sido reservado y pagado. (D)