El Manchester City hizo un partido lleno de emociones y espectáculo, muy entretenido para los espectadores, pero que deja un sabor amargo a los locales con su victoria de solo un gol de diferencia (4-3) sobre el Real Madrid. El equipo inglés ya sabe lo que se necesita para llegar a una final de Liga de Campeones, un equilibrio entre ataque y defensa.