Este domingo, 13 de julio (a las 14:00, de Ecuador), el MetLife Stadium de Nueva Jersey será el escenario de la final del Mundial de Clubes 2025. El nuevo formato de 32 equipos, que reemplazó al antiguo torneo de campeones continentales, tendrá su primer gran campeón y ese título lo disputarán dos gigantes de Europa: el Chelsea y el Paris Saint-Germain (PSG).
Ambos equipos llegan con argumentos sólidos. El PSG ha sido una aplanadora. Los franceses ganaron siete de sus ocho partidos y no recibieron un solo gol en la fase de las semifinales, en la que golearon por 4-0 al Real Madrid. El equipo de Luis Enrique, que ya conquistó la Champions, la Ligue 1 y la Copa de Francia esta temporada, quiere cerrar su campaña con un póker histórico.
Al frente estará el Chelsea de Enzo Maresca, que dejó fuera al Fluminense con un 2-0 que mostró su crecimiento. Los ingleses, pese a un arranque irregular, llegan con siete triunfos en sus últimos ocho partidos y un once joven que mezcla talento y dinámica.
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Las estadísticas de ambos elencos, compartidas por el portal oficial de la FIFA, marcan el contraste. El Chelsea ha mantenido su arco en cero en tres partidos, pero todavía no anota en ninguna primera mitad del torneo. El PSG, en cambio, suma diez goles en los primeros tiempos. Enzo Fernández lidera las asistencias del torneo con tres, mientras que Cole Palmer ha generado nueve ocasiones claras.
Del lado francés, el medio campo compuesto por Fabián Ruiz, Vitinha y Manuel Ugarte se ha consolidado como el corazón del equipo y arriba Ousmane Dembélé es el gran desequilibrante, con actuaciones que lo han puesto en la conversación para el Balón de Oro.
El equipo londinense ha sido el más joven del torneo, con un promedio de edad de 24 años, y eso también se refleja en el estilo: presión alta, circulación de balón y variantes ofensivas. Por su parte, el PSG llega con una estructura más consolidada, con estrellas en todas las líneas y la experiencia que da haber estado en instancias decisivas. Será un duelo de estilos y pizarras. Maresca ya lo adelantó: “Será un partido de ajedrez”. Y no le falta razón.
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Esta es, además, una final histórica. Por primera vez, desde el 2000, dos equipos de la misma confederación —la UEFA— se enfrentan en el Mundial de Clubes. El Chelsea sabe lo que es ganar este torneo: lo hizo en 2021. Para el PSG sería su primer título mundial en una temporada soñada que quiere cerrar con broche de oro.
Todo está listo. El Chelsea y el PSG llegan con caminos distintos, pero con el mismo objetivo: levantar el trofeo más codiciado del fútbol de clubes en esta nueva era global. Y aquello será en un escenario imponente, frente a más de 80.000 personas y con millones siguiendo el partido desde todos los rincones del planeta. (D)