Miles de aficionados de Lanús y Atlético Mineiro llegados desde Argentina y Brasil inundaron este sábado, 22 de noviembre, Asunción cargados de entusiasmo, llenando las calles de color en la antesala del duelo que los enfrentará esta tarde en el estadio Defensores del Chaco por la final única de Copa Sudamericana.
Los hinchas, que fueron llegando de a poco en los últimos días hasta el desembarco masivo de este sábado, se concentraron en la costanera de la capital paraguaya y en otros puntos de la ciudad, antes de comenzar a trasladarse al estadio en el que buscarán la gran conquista.
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El duelo se jugará desde las 15:00 (hora ecuatoriana).
“Vinimos para ser campeones, para llevarnos el trofeo a Belo Horizonte”, dijo Liliane Costa, aficionada brasileña de 43 años llegada desde la ciudad brasileña en una caravana de autobuses.
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“Es mi primera vez en caravana. Hay mucha fiesta, la gente está muy animada”, expresó.
Otros, como Juliel Silva, de 54 años, optaron por viajar en avión, siempre en grupos grandes, compuestos de amigos y familias enteras, que pintaron buena parte de la ciudad de blanco y negro y llenos de confianza.
“Lo que sucedió en la Libertadores fue un accidente. Este año va a ser del Galo”, anticipó Silva, en referencia a la intención de cambiar la página este sábado tras la dura derrota sufrida en la final de la Copa Libertadores 2024 ante Botafogo.
Del lado argentino, la mayoría de los hinchas viajaron a Asunción en vuelos o autobuses que dispuso Lanús y que ofreció a precios promocionales.
“Brillante la organización del club, espectacular”, destacó Ariel Korzin, que vive a tres cuadras del estadio del Granate y viajó junto con su hijo en uno de los vuelos ofrecidos por el club.
“Es un partido difícil, pero vengo sintiendo algunas señales positivas”, comentó sobre el duelo ante Mineiro, al tiempo que destacó la cantidad de argentinos que viajaron a Paraguay.
Un contingente importante de aficionados granates partió este viernes desde la capital argentina, en una caravana de más de 50 autobuses que atravesaron juntos los más de 1.300 kilómetros que separan ambas ciudades.
Quien también realizó ese trayecto fue Cristian Silva, residente del barrio de Lanús y que condujo durante 15 horas junto con su familia para apoyar a su equipo en busca de su segunda Copa Sudamericana, tras la lograda en 2013.
“El viaje fue emocionante”, relató, y explicó que debieron enfrentarse a fuertes vientos y a una feroz tormenta.
Bajo un sol radiante y un calor agobiante, argentinos y brasileños se agruparon por separado en distintos puntos de la ciudad a la espera de la apertura de puertas del estadio, que albergará a más de 40.000 personas y amaneció rodeado por un enorme operativo de seguridad y una gran presencia policial, con más de 6.000 agentes desplegados.
La capital paraguaya acoge por tercera vez la final única de la Sudamericana, segunda ocasión en que lo hace de forma consecutiva, tras el duelo entre Racing Club y Cruzeiro en 2024, que acabó con victoria por 3-1 para los argentinos. (D)