El defensa Gustavo Gómez fue el autor del golazo de la victoria (1-0) de Paraguay sobre Brasil, la noche del martes 10 de septiembre, pero la figura estelar para los medios de comunicación, y entre los aficionados albirrojos, es el entrenador argentino Gustavo Alfaro (62 años), quien hace un mes tomó el mando.
Gustavo Alfaro destaca la recuperación del ‘rasgo distintivo’ de la selección de Paraguay
“Paraguay es Paraguay”, declaró el técnico que clasificó a Ecuador al Mundial de Qatar 2022. “Lo único que tuve que hacer es zamarrear un poquito el árbol para que se caigan las arañas y que nos demos cuenta de que ese árbol está lleno de frutos”, dijo Alfaro tras el resonante triunfo.
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‘Celebración viral’
Alfaro ya anunció su ida anticipada el 6 de octubre a Quito para preparar el partido que enfrentará a sus expupilos de la Tricolor (el 10 de octubre). Ecuador primero y Venezuela después en Asunción son para Alfaro de alta prioridad, “porque son nuestros rivales directos”, declaró.
Pero fue el festejo de Alfaro en los vestuarios lo más destacado por el periodismo guaraní. El periódico ABC Color, de Asunción, publicó: “Y entre los festejos en una noche mágica en el Defensores del Chaco, Gustavo Alfaro recalcó el principal objetivo del seleccionado guaraní: regresar a una Copa del Mundo. ‘¡Vamos que nos vamos al Mundial, carajo!’, fue la celebración viral del entrenador de 62 años en el túnel al vestuario, abrazando a Damián Bobadilla y a Julio Enciso, y acompañado por Miguel Figueredo”.
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Fotos y autógrafos
En el rotativo Hoy se lee: “Tras el final del lance, se pudo ver una imagen que recorrió las redes en donde Alfaro felicita a sus jugadores en el túnel del vestuario y lanzó una arenga bastante emotiva: ‘¡Vamos que nos vamos al Mundial, carajo. Dale’. Alfaro logró, en apenas dos partidos, sacar brillo al plantel, motivarlos”.
Últimas Noticias reportó esto: “Alfaro se ganó el cariño de todo un país en muy poco tiempo. No logró eso solo con los resultados deportivos, también lo hizo por su don de gente. Anoche cuando salía del estadio, ya en el vehículo que lo llevaba, decidió parar y firmar camisetas, luego prefirió bajarse y tomarse fotos con todos los que se le acercaban. Nunca dijo no, siempre predispuesto y sonriente para todos”. (D)