El empate a 1 entre Ecuador y México dejó mucho más que un simple resultado amistoso. Expuso, una vez más, las falencias estructurales de una selección que, a más de un año del inicio del ciclo de Sebastián Beccacece, sigue sin mostrar una identidad clara ni evolución sostenida.

Pese a que el DT argentino asegura que “esta Selección ha vuelto a encantar a su pueblo”, lo que se ve en la cancha parece decir exactamente lo contrario.

Un primer tiempo para el olvido

El primer tiempo ante México fue, quizás, uno de los más flojos de la era Beccacece. Ecuador fue ampliamente superado en intensidad, presión y orden táctico. El gol de Germán Berterame, a los 3 minutos, fue consecuencia directa de un error en salida forzado por la presión mexicana. Y lo más preocupante no fue solo la jugada en sí, sino que fue un calco del gol recibido días antes ante Estados Unidos, también por un fallo en salida de Willian Pacho en zona comprometida.

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El central del PSG, habitualmente seguro, se ha visto superado en dos partidos consecutivos por el asedio rival, lo cual sugiere que Ecuador no solo sufre bajo presión, sino que aún no encuentra los mecanismos para sortearla. Y si bien la ausencia de Moisés Caicedo, el motor de la salida y equilibrio, es un factor por considerar, los errores han sido demasiado similares para atribuirlos solo a una baja individual.

Alan Franco: el comodín desorientado

Uno de los casos más desconcertantes del ciclo es el de Alan Franco, volante del Atlético Mineiro, quien ha sido utilizado en múltiples posiciones sin que ninguna parezca funcionarle del todo. Beccacece ha probado con él como lateral derecho, mediocampista defensivo, ofensivo, incluso falso 9 (como lo fue ante Brasil ante la ausencia de Enner Valencia). Y frente a México, lo que se vio fue una especie de carrilero derecho sin claridad de rol, que se replegaba como ‘5’ pero también trataba de salir al área contraria como extremo.

Tan confuso fue el planteo que el DT decidió a los 27 minutos del primer tiempo sacar a Ángelo Preciado —lateral derecho natural— para dejar a Franco en ese puesto. La insistencia del técnico en adaptarlo a un rol que no le es propio ya no parece una apuesta táctica, sino una terquedad.

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Ángelo Preciado fue reemplazado por Kendry Páez al minuto 27, esto por decisión táctica de Beccacece. Foto: Redes sociales

Un discurso desconectado de la realidad

Si el funcionamiento preocupa, el discurso de Beccacece lo hace aún más. Tras el empate con Paraguay por eliminatorias (0-0), el pasado septiembre, cuando Ecuador acumuló su cuarto partido seguido sin marcar, el técnico restó importancia: “Y lo que siento, lo que me están preguntando son todas preocupaciones. Y yo la verdad, no las siento”, aseguró en la rueda de prensa pospartido.

Y tras el pobre partido ante México, en el que su equipo fue superado gran parte del encuentro, repitió un mensaje positivo: “Hemos jugado con jugadores que no están en las mejores ligas y competimos muy pero muy bien”, comentó.

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Más allá de sus palabras, los números reflejan una gestión estancada: en total, Sebastián Beccacece ha dirigido catorce partidos al mando de la selección ecuatoriana, con un balance de cinco triunfos, ocho empates y solo una derrota. Su rendimiento total alcanza el 54,76 %, sumando 23 puntos de 42 posibles si se aplica el sistema de 3 puntos por victoria. En cuanto a la producción ofensiva, el equipo ha marcado apenas 11 goles en esos catorce encuentros, lo que arroja un promedio de tan solo 0,78 goles por partido.

¿Hay progreso?

El propio Beccacece cree que sí: “Veo un progreso de todo lo que se fue construyendo en este trabajo diario de un año y un mes”, dijo en septiembre pasado.

Sin embargo, la evolución no se ve en cancha. Los errores en salida se repiten, la generación de juego es limitada y las decisiones tácticas generan más confusión que soluciones. Los últimos dos amistosos, ante rivales de jerarquía, dejaron una sensación clara: Ecuador, presionado, sufre. Y si no logra encontrar mecanismos para jugar bajo presión, su techo competitivo se verá muy limitado. (D)