Luciano Spalletti pasó en poco tiempo de la cima del fútbol italiano a uno de sus momentos más oscuros. Luego de hacer historia con el Napoli y devolverle el Scudetto tras 33 años, el técnico asumió el reto más grande de su carrera: clasificar a Italia al Mundial tras dos ausencias consecutivas. Pero el sueño terminó en frustración y hoy vive alejado de los focos.

La dura caída por 3-0 ante Noruega en las eliminatorias fue el golpe que selló su salida prematura de la selección. El proyecto no cuajó y los resultados jamás acompañaron. En una entrevista con el medio La Repubblica, Spalletti confesó lo profundo que fue ese golpe emocional:

“El fútbol me arruinó la vida. Amaba el fútbol más que a mí mismo; sacrifiqué a mis seres queridos por él”, expresó con crudeza.

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Retirado momentáneamente en su granja en la Toscana, el entrenador reflexionó también sobre el momento del fútbol italiano:

“Estuvimos bajo una enorme presión. Mientras decíamos que teníamos que dar más, no podíamos ni siquiera hacer lo mínimo”, señaló.

En su lugar, el exmediocampista Gennaro Gattuso, campeón del mundo en Alemania 2006, asumió el banquillo de la Azzurra, con el objetivo de volver a situar en lo alto a un combinado que ha sido cuatro veces ganador de la Copa del Mundo de la FIFA. (D)