Primero fue Asunción, luego Lima y ahora Guayaquil las sedes que acojan partidos de copas Libertadores o Sudamericana por la convulsión social que atraviesa Colombia, cuyos equipos han sacrificado sus localías para garantizar el desarrollo de sus respectivos compromisos.

El cotejo más reciente modificado por la Conmebol es el que deben disputar Junior de Barraquilla y Fluminense, por el grupo D de la Libertadores.

El duelo de la tercera jornada debía jugarse este jueves en el estadio Romelio Martínez (17:30).

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Previamente a la decisión de la rectora del fútbol sudamericano ya se presentó un antecedente, marcado por la solicitud de una fracción de la barra de Junior, que extendió a las autoridades locales el pedido de postergación del partido.

La petición se hizo por la situación actual ante las protestas sociales que se desarrollan en el país vecino, con múltiples disturbios, fallecidos y daños millonarios.

La realidad social colombiana no fue ajena para la Conmebol, que en primera instancia movió las localías de los encuentros Independiente Santa Fe-River Plate y Atlético Nacional-Argentinos Juniors, ambos por la Libertadores, así como La Equidad-Lanús, por la Sudamericana, juegos que se disputarán el jueves en Asunción.

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Otro juego que salió de Colombia es el de Sudamericana entre Deportes Tolima y Emelec, que se jugará el viernes (19:00) en Lima.

La misma suerte corrió el juego de Junior, que se traslada al estadio Monumental Banco Pichincha, escenario que recibirá el duelo entre colombianos y brasileños desde las 19:00 de este jueves.

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El anuncio fue publicado por el club y confirmado por la Conmebol, que a consecuencia de la pandemia del COVID-19 y las distintas restricciones de autoridades locales de sus países miembros, suma ahora también traslados de sedes por la convulsión social en Colombia. (D)