Ciclo nuevo, pero misma cara de siempre. Ni Carlo Ancelotti pudo hacer un milagro en su primer partido al frente de Brasil. La Canarinha, que visitó Guayaquil para enfrentar a Ecuador en un estadio abarrotado, no superó a la selección dirigida por Sebastián Beccacece. La Tri, que dio la bienvenida al técnico italiano al fútbol internacional, sumó su octavo partido sin perder en eliminatorias.
A Brasil le faltó juego, como siempre. El paso del tiempo no cambió el problema principal de la pentacampeona. Ancelotti, que salió al campo con Casemiro en el medio y buscando revolución con Estevão desde la banda derecha, se encontró con una Tricolor que volvió a ser lo que se ve de sus jugadores desde hace tiempo: lucha, velocidad y cierto caos. Un aspecto que se acrecentó, de nuevo, actuando como local.
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La Verdeamarela sufrió, casi agonizó, cada vez que tuvo la pelota. Sin ideas, con dificultad en el momento que trenzó pases. Ante el desacierto de Estevão, Vinícius se convirtió en el faro ofensivo de su país. A través del desborde y la velocidad, el extremo del Real Madrid infligió alguno que otro dolor de cabeza a una defensa ecuatoriana que tomó la medida a todo el combinado brasileño.
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Mientras el combinado de Carlo Ancelotti adoleció de no tener un cerebro, del otro lado Moisés Caicedo controló el partido a su antojo para que el progreso de Ecuador fuera eficiente. El centrocampista del Chelsea construyó desde la base, y aunque su equipo no materializó las jugadas de la mejor forma, reflejó una superioridad de la que fueron espectadores el trío Casemiro, Bruno Guimarães y Gerson. (D)