En un duelo marcado por el calor asfixiante, Benfica venció 1-0 al Bayern de Múnich y dio un golpe de autoridad en el Mundial de Clubes este martes, 24 de junio.
El equipo portugués no solo se llevó los tres puntos, sino que lo hizo con carácter, inteligencia táctica y una notable madurez colectiva.
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El único gol del partido llegó temprano, al minuto 13, cuando Schjelderup, con sangre fría, definió tras una gran jugada colectiva.
Aursnes condujo desde la izquierda, atrajo marcas y soltó un pase quirúrgico al área. El joven noruego controló y colocó el balón lejos del alcance de Neuer, desatando la euforia de los hinchas lusos.
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A partir de ahí, Benfica optó por replegar líneas, ceder la posesión y resistir. Y lo hizo con orden y determinación.
El Bayern, dueño absoluto del balón, no encontró los caminos. Lo intentó Musiala, lo intentó Sané, y Laimer estrelló un balón en el palo, pero la defensa del conjunto de Lisboa aguantó como un muro.
El contexto no ayudó, el calor era sofocante, superando los 40 grados. Hubo pausas para hidratación, jugadores exhaustos y hasta un golpe de calor sufrido por el joven Prestianni.
Fue un partido que exigía más cabeza que piernas, y Benfica supo leerlo mejor.
Los últimos minutos fueron una prueba de nervios. El Bayern volcó todo su arsenal ofensivo, pero Benfica resistió con uñas y dientes. Cuando el árbitro pitó el final, se celebró como una hazaña: habían domado al gigante alemán.
Con este triunfo, Benfica se clasifica primero de grupo, mientras que el Bayern, pese a la derrota, también avanza como segundo. Pero las sensaciones son claras: los lusos están listos para soñar en grande. (D)