El Real Valladolid tuvo que sudar tinta para llevarse la victoria en el derbi ante el Burgos (1-0). En un encuentro en el que los de Pacheta no estuvieron brillantes, tuvieron que tirar de trabajo y constancia para llevarse la séptima victoria consecutiva en casa. Fue además la segunda actuación seguida del internacional ecuatoriano Gonzalo Plata con la camiseta blanquivioleta.

Alfonso Herrero, portero del Burgos, volvió a ser el mejor visitante en Zorrilla. En la primera parte, el meta, que sustituía a Caro, baja por la cláusula del miedo, hizo tres paradas de mérito ante un conjunto local que acumulaba ocasiones y avasallaba a su rival sin acierto. Sin la colaboración de Roque Mesa y Plata, que no tenían su mejor día, los pucelanos entraban por las dos bandas destacando el partido del juvenil Fresneda, debutante en segunda división con 17 años y que brilló en la defensa de cuatro de los del técnico Pacheta.

De esta manera, los pucelanos, en días que no brillan, y ya van varios, no renuncian al trabajo, a hacer lo que saben: atacar, tocar, correr. Y de esos conceptos nacieron ocasiones varias. Roque Mesa, de falta, puso a prueba al portero visitante. También lo hizo Fresneda, Nacho, en tres ocasiones, pero el que tuvo dos ocasiones clarísimas fue Shon Weissman. El goleador israelí no suele fallar esas oportunidades, pero sus disparos fueron detenidos, una vez más, por Herrero. En el lado contrario, Navarro y Juanma lo intentaron desde lejos, mientras que Guillermo hizo el único tiro a puerta de los burgaleses y tuvo otra ocasión clara, de cabeza, antes del descanso.

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En la segunda parte, el Real Valladolid salió con la intención de adelantarse, acorraló a su rival y lo metió en su área, pero no terminaba de sacar el partido adelante. Nacho, el vallisoletano que más tiró, lo volvió a intentar, como Toni o Plano que no acertó el lanzamiento tras una vistosa jugada de Roque Mesa y Plata. Tampoco Weissman tuvo su día, en el tercer disparo el esférico se fue arriba. Asediaba el Pucela, aguantaba el Burgos... los nervios empezaban a vestirse de blanquivioleta hasta que Cristo llegó al rescate. El canario recibió el balón en la frontal, tras un posible penalti a Morcillo, debutante, y mandó el balón a la escuadra. Explotaba Zorrilla porque los nervios estaban a flor de piel. Entonces los burgaleses se estiraron y buscaron el empate sin suerte. Saúl y, sobre todo, Ernesto pudieron empatar, pero sus disparos no fueron a puerta antes de que Plano no pudiera sentenciar por un gran disparo que despejó Herrero.

De esta manera, el Valladolid suma siete victorias consecutivas en Liga en casa y duerme en ascenso directo por primera vez desde la jornada 3 a la espera de que lo que haga el Eibar el lunes en Oviedo, mientras que el Burgos dio una buena imagen, defensiva sobre todo, y sigue en el medio de la tabla. (D)