Creo que es un riesgo muy grande llevar a Byron Castillo a la Copa del Mundo de Qatar 2022. Esa es mi posición. Cualquier equipo rival podría tomar como argumento importante, para una impugnación eventual, la decisión que tomó el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), que ha sancionado a la Federación Ecuatoriana de Fútbol al determinar la nacionalidad del jugador Castillo. Ese último aspecto del fallo me parece incongruente, pero ya estableció el TAS que el documento expedido por las autoridades ecuatorianas tiene información falsa.

Así, de una manera u otra, el TAS señala que hay dudas respecto a la nacionalidad de Castillo. Como esa resolución está en vigencia y estamos tan cerca del comienzo del Mundial 2022 (la inauguración será el próximo domingo 20 de noviembre, con el partido Qatar vs. Ecuador), llevar a Castillo, convocarlo para ese torneo, o hacerlo jugar, implica un riesgo muy serio porque podrían impugnar inmediatamente su presencia (las dirigencias de las federaciones de Qatar, Países Bajos, y Senegal).

Mi recomendación es que la FEF no debe considerar a Castillo como uno de los 26 futbolistas que la Selección registre para la Copa del Mundo. Es lamentable, pero por prudencia deportiva no debería hacerlo.

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Cuando hablo de equipos que pueden protestar si Castillo juega por Ecuador en el Mundial 2022 me refiero, por supuesto, a los combinados a los que enfrentará en el marco del Grupo A. Si Castillo es alineado y Qatar llegara a perder con nuestra Selección lo más lógico es que ellos argumenten que se utilizó a un futbolista que está cuestionado por el TAS.

El Tribunal Arbitral del Deporte, en su resolución sancionatoria, emitida el martes pasado, ya indicó que el pasaporte de Castillo tiene información que ellos consideran falsa y el único documento para inscribir al jugador en la Copa del Mundo de la FIFA es el pasaporte. Yo pregunto: ¿Cómo va a inscribir la Federación a Byron Castillo para Qatar 2022 si ese pasaporte está impugnado por el máximo organismo de arbitraje deportivo del planeta? Es imposible. Por lo tanto es preferible evitar un mal rato. Hay que tener prudencia, como ya la tuvo la FEF antes de citarlo para que jugara las eliminatorias (recién fue llamado luego de que un juez le ordenó al Registro Civil que inscriba a Castillo como ciudadano ecuatoriano).

Creo que lo mejor es realizar lo que ya se a mitad de la última eliminatoria mundialista: llamarlo a la Selección hasta que las autoridades competentes estén convencidas de que Castillo es ecuatoriano. En ese instante lo convocó el técnico Gustavo Alfaro. Pero en este momento no corresponde llamar al jugador a la Tricolor.

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Castillo estará en dificultades hasta que no se aclare el tema. Para resolver esta situación yo sugiero acudir al Tribunal Federal Suizo y solicitar la revisión del caso en que el TAS emitió su fallo, y si corresponde que se pida la nulidad de la resolución que se tomó (multas a la FEF y la resta de 3 puntos para Ecuador en el certamen premundial del 2026).

El TAS se fue contra leyes y decisiones judiciales de Ecuador, y se arroga atribuciones como determinar la nacionalidad de Castillo. Además, desde mi punto de vista, sanciona injustificadamente a la Federación, que actuó de buena fe porque no convocó a Castillo sino recién después de que la justicia ordinaria de nuestro país estableció que él es ecuatoriano. Las multas contra la FEF no cabían. Es una contradicción del TAS decir que el jugador es elegible, pero a la vez sancionar a la Ecuafútbol. La FEF debe acudir, y no sé si lo hará, al Tribunal Federal Suizo.

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¿Cómo se puede proteger la FEF de posibles problemas de documentación adulterada que se presenten en el futuro? Creo que hay que ir más allá. Le voy a creer a Carlos Manzur cuando dice que sí existe un organismo interno que hace el seguimiento de la documentación que presentan los jugadores. Eso es indispensable por la cantidad de antecedentes que hay de futbolistas que han falsificado identidades, como los Niños con bigote, por ejemplo. Sí se justifica que la Federación tenga un grupo de expertos que revise los documentos de los jugadores.

Y esa revisión exhaustiva no solo debe hacerse para la Selección, también para los campeonatos porque los clubes se llenan de estos elementos que terminan siendo parte de la Tricolor. La LigaPro y la FEF deben tener un filtro fehaciente que pueda determinar si los datos de los jugadores están en regla y así no correr este tipo de riegos. (O)