Nadie desea lo que ya tiene… Excepto James Rodríguez. Es un hombre inmensamente rico, pero va por más. El Al Rayyan le permite incrementar su ya fabuloso salario con menos responsabilidades y, naturalmente, sin demasiado esfuerzo. El Everton le pagaba honorarios de superstar, pero había que demostrar, en cambio la liga catarí, notablemente menos rigurosa que la inglesa, compra notoriedad: le ofrece tres años relajados con un opíparo contrato. Fuentes evertonianas afirmaron que James percibía 200.000 libras semanales, unos 14,248 millones de dólares anuales, sueldo de megacrack. En Catar se lo habrían mejorado.