Mi columna del domingo pasado retrató la emoción que me produjo –y a todo el país futbolero– el gran desempeño de nuestra Selección ante Países Bajos. Fue una excelente demostración de calidad y pundonor. La Tricolor no se cayó anímicamente pese al gol recibido cuando recién se cumplían 5 minutos. Cuando pensábamos que los más jóvenes no iban a digerir el impacto emocional del contraste, surgieron la casta y el coraje que siempre reclamamos a nuestros representantes. Y no era un partido cualquiera, el rival era Países Bajos, una selección que nos llevaba 36 puestos en el Ranking FIFA. Era el tres veces finalista de la Copa del Mundo; el que inauguró en 1974 una escuela conocida como la del Fútbol Total, concebida por el técnico Rinus Michel y comandada en el césped por Johan Cruyff.

Crónica de una eliminación frustrante

Ninguno de estos pergaminos fue respetado por nuestros futbolistas. El gol en contra fue un aguijón en el espíritu del equipo que terminó arrasando la resistencia europea y solo un milagro evitó que Ecuador se llevara una victoria que mereció largamente. Faltaba el encuentro ante Senegal, pero muy pocos dudábamos que el pasaporte a octavos de final tenía todos los sellos para repetir lo logrado en Alemania 2006. En mi columna la vehemencia de hincha con casi 71 años de ver fútbol sobrepasó mi condición de periodista.

Dije que habíamos visto a un ‘nuevo’ Gustavo Alfaro, desnudado de su precedente de entrenador que prefiere defender, destruir, sin intentar la búsqueda del arco contrario, peor utilizar creadores en el medio campo. Su consigna ha sido siempre “todos atrás”.

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Selección de Senegal, con el técnico que cobra 34 veces menos que Gustavo Alfaro

He escuchado a la prensa argentina calificarlo de “defensivo” desde muchos años atrás. La sorpresa en su país fue mayúscula cuando lo contrató Boca Juniors, un equipo idolatrado cuya enseña ha sido siempre ir adelante y ser protagonista en todas las canchas. La aventura en el cuadro xeneize terminó mal. En un superclásico en la Bombonera alineó un solo delantero y perdió entre la rechifla del público. Ese día selló su partida del club boquense malogrando la gran oportunidad de su vida.

Kalidou Koulibaly (arriba), de Senegal, sentenció con su gol a Ecuador en Qatar 2022. Foto: EFE

Después de la penosa eliminación de Ecuador en la fase de grupos y de lo observado ante Senegal, he llegado a la conclusión de que Alfaro, ante Países Bajos, sacó de su guardarropa algún disfraz polvoso de técnico atrevido y audaz. Creo que, en aquel histórico partido, lo que obró en favor de la Selección fue la rebeldía de los jugadores, no las instrucciones tácticas de Alfaro. No olvidemos que jugó con cinco defensores, tres mediocampistas a quienes se sumaba, en muchos casos, Michael Estrada, quedando como único delantero Enner Valencia. No era, en manera alguna, un planteo ofensivo. Pero ocurrió lo que, de seguro, no estaba en las previsiones de Alfaro.

Ecuador desperdició todo un tiempo y pestañeó en el marcaje más importante contra Senegal

Los volantes controlaban bien a los creadores de juego del rival; ello impedía el accionar de los punteros holandeses, lo que fue aprovechado por nuestros marcadores para subir como los aleros de antes. La eficacia de Valencia permitió igualar la pizarra. Una vieja frase del fútbol afirma que una alineación ganadora no se toca. Ecuador no ganó en el marcador, pero en el campo la Tri fue amplia vencedora al dar una de las mayores sorpresas de Qatar 2022. Países Bajos, uno de los candidatos al título, se rindió ante la superioridad de la oncena nacional.

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Ahora venía Senegal. De modo unánime la prensa internacional, y la de nuestro país, reconoció que Ecuador era favorito. La formación planteada al inicio llenó de sorpresa y de dudas a todo el planeta. Senegal debía ganar para pasar a la siguiente ronda; a Ecuador le bastaba empatar. Alfaro volvió a sus andadas. Puso en el medio campo a dos jugadores especializados en destruir y pegar: Carlos Gruezo y Alan Franco, ambos sin actividad reciente. En medio de ellos, a un joven que sí conoce su papel; que obstruye, recupera y sale jugando: Moisés Caicedo.

Ecuador enfrentará a la mejor selección de Senegal en la historia, según Ranking FIFA

Los volantes de corte deben obstruir y entregar el balón con claridad al compañero más cercano. Recuperar la bola y pasarla mal equivale a solo interrumpir el juego y luego perderla, ayudando al contragolpe adversario. Gruezo y Franco jamás cumplieron su función, más bien anularon ellos a Caicedo que corría por el medio campo en procura de tapar los boquetes. Senegal pasaba a gran velocidad por la inmensa avenida abierta por la inutilidad de los volantes sin encontrar jamás obstáculo alguno. Los mediocampistas africanos abrían el balón hacia sus punteros, lo que impedía que Ángelo Preciado y Pervis Estupiñán pudieran desprenderse por las bandas.

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La ausencia de contención en el propio territorio provocó el naufragio de la zaga, antes muy segura. Félix Torres y Piero Hincapié no acertaban una, ante africanos que llegaban a velocidad y buen toque al área tricolor. La buena actuación de Hernán Galíndez y los errores de los delanteros senegaleses permitieron que el marcador no registrara cifras. Hasta que llegó el fatal minuto 44, cuando Hincapié, un excelente cuarto zaguero, ya fuera de sí por el dominio adversario, cometió una clara falta que el árbitro sancionó con tiro penal, convertido por Ismaila Sarr.

Ecuador hizo un notable partido ante Países Bajos en Qatar 2022. Foto: Abedin Taherkenareh

Alfaro, consciente de sus errores tácticos, intentó enmendarlos, pero volvió a equivocarse. Quiso tener control del balón con Jeremy Sarmiento, un joven de futuro, pero muy verde para un compromiso de tanta trascendencia; y aumentar la resistencia en el medio campo con José Cifuentes, quien debió ser titular en reemplazo de Jeghson Méndez, figura ante Países Bajos. El panorama seguía igual al del primer tiempo. Sin embargo, Ecuador igualó por certero disparo de Caicedo. No pudimos sostener el 1-1. Un rebote casual del balón en la pierna de Valencia y el esférico fue a parar a los botines de Kalidou Koulibaly, que fusiló a Galíndez. Eliminación consumada.

Otra verdad del fútbol dice que equipo que sale a empatar, casi siempre termina perdiendo. Alfaro planteó mal el partido y escogió peor. Jugamos los tres encuentros sin un centrodelantero (Estrada fue un rotundo fracaso). El argentino prefirió convocar a un inexperto joven de la serie B y descartó a Leonardo Campana, goleador en el Sudamericano Sub-20, con experiencia en primera, con pasado de Selección y de buena campaña en la MLS. No tuvimos nunca creación porque Alfaro no gusta de conductores. Ángel Mena, un futbolista talentoso que varias veces en la Selección y en el León mexicano ha cumplido esa función, no mereció ni un solo un minuto en el Mundial.

Ecuador tiene jugadores jóvenes, de gran futuro, que necesitan un técnico más osado y audaz. Que piense menos en no perder o en empatar y que no deseche la búsqueda del arco contrario. Ya cumplió su sueño de dirigir en un Mundial. Ahora que deje desarrollarse a los jóvenes y no los mutile espiritualmente inculcándoles el vicio de jugar con miedo. Si la FEF le renueva contrato a Alfaro, habrá que mirar con pesimismo las próximas eliminatorias, en las que empezaremos con tres puntos menos. (O)

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