Difícilmente defrauden. Son los últimos dos campeones de Champions. Y los mejores equipos del mundo. Uno por sus estrellas (el Real Madrid), el otro por el juego que promueve su entrenador (el Manchester City). Era “el” desafío. Y, como se esperaba, compusieron un choque espectacular: Real Madrid 3 - Manchester City 3. Ganaba el City, se lo dio vuelta el Madrid, volvía a estar adelante el equipo celeste, empató el blanco. Y se fueron medio satisfechos los dos. Uno porque logró no perder cuando ya estaba dorándose al fuego (el de Ancelotti), el otro porque sacó un empate de visita (el de Guardiola).