Cierta ocasión, Mauricio Macri, expresidente de Boca Juniors, hizo mención de que el dirigente tiene que convertirse en un hincha solo el domingo: enloquecerse por el triunfo y derrumbarse por la derrota. Porque en el resto de los días, la importancia de su investidura como directivo no le otorgaba licencia alguna para tomar decisiones que pudieran perjudicar a la institución.