El anterior 1 de abril, cuando se conoció la conformación del grupo A del Mundial 2022 sabíamos que los dos equipos más opcionados para clasificar eran Países Bajos y Senegal, en ese orden. También que nuestra Selección podía sorprender, dependiendo del nivel futbolístico que exhibiera, y que Qatar no ofrecía un fútbol contundente, y que ser local en el debut en una cita de este tipo de torneos podría pasarle factura.

La ilusión en Ecuador creció cuando la Selección perdió por lesión a su máximo exponente: el delantero Sadio Mané, uno de los mejores futbolistas del planeta. Se creyó que sería un fuerte impacto para el rendimiento de Los Leones de Teranga. Sucedió todo esto.

Gustavo Alfaro y los ‘siete pecados capitales’ que cometió ante Senegal

Qatar vs. Ecuador, 20 de noviembre. El anfitrión demostró que el estreno lo condicionó, aunque también confirmó que un equipo sin jugadores de jerarquía en un Mundial difícilmente tiene éxito. En pocos minutos la mitad de la cancha fue de Ecuador, donde lució Jhegson Méndez, quien junto a Enner Valencia fueron los tricolores más influyentes en el buen rendimiento nacional. Sin ser tan exigida defensivamente, la Tricolor se mostró ordenada y consiguió los goles en los momentos cruciales. Los tres puntos fueron riqueza acumulada bien habida.

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En la rueda de prensa el DT Gustavo Alfaro hizo una reflexión acertada: “Si queremos clasificar debemos superar el nivel futbolístico ofrecido con Qatar cuando debamos enfrentar a selecciones superiores”.

Países Bajos vs. Ecuador, viernes 25 de noviembre. La escuadra naranja ganó los tres puntos ante Senegal, en la primera fecha. El 2-0 puede dar la idea de una superioridad del conjunto europeo, no fue tanto así. Dos jugadas aisladas, incluyendo los errores del arquero senegalés, permitieron esa victoria. Alfaro sorprendió con una alineación inteligentemente. Planteó una línea de cinco porque sabía que Países Bajos sustentaría su juego ofensivo con creación de los volantes centrales y el desborde de los carrileros.

¿Se equivocó Gustavo Alfaro al alinear a Carlos Gruezo y Alan Franco y cambiando el sistema táctico ante Senegal?

El equipo de Louis van Gaal se vio sorprendido por el esquema táctico ecuatoriano, que obstruía sus salidas, salvo los primeros minutos cuando se produjo el tempranero gol neerlandés. No obstante, Ecuador mostró carácter para superar la adversidad y fue adueñándose de las acciones. Los tres centrales (Jackson Porozo, Félix Torres y Piero Hincapié) estuvieron muy seguros, con la firme colaboración de la primera línea formada por Méndez y Moisés Caicedo.

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Figura para destacar fue Pervis Estupiñán por su aporte dual. Destacó por supuesto la amenaza constante de Gonzalo Plata por su estilo extrovertido e intuitivo, y Enner Valencia, que ubicado como extremo por izquierda aprovechó su gran desdoble para transformarse en delantero en punta. Así llegó el gol del empate, un resultado que cosechó los elogios del periodismo del mundo, sobre todo por la educación táctica de Ecuador.

En la rueda de prensa que ofreció Alfaro antes de medir a Senegal hizo una alocución que desde mi punto de vista fue inadecuada. Dijo que propondría una construcción táctica diferente a la que usó ante Países Bajos y después afirmó, de manera inaudita, que la Selección tenía más futuro que presente y que intentarían clasificar, pero que haber llegado a la Copa del Mundo 2022 ya era el éxito, más allá del resultado que pudiera venir.

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El análisis: Ecuador desperdició todo un tiempo y pestañeó en el marcaje más importante contra Senegal

Su pensamiento mostraba un fondo distractivo y complaciente, sobre todo porque contrastaba con el momento de la expectativa por clasificar. Tampoco nos dejó tranquilos cuando explicó que en cada partido modificaría su estrategia y táctica. La pregunta que surgió fue: ¿por qué si había costado tanto tiempo encontrar el funcionamiento ideal de la Selección, como sucedió contra Países Bajos, ante Senegal iba a cambiar? El tiempo confirmó el error significativo de Alfaro. Esa improvisación causó que la Tri fuera tácticamente vulnerable.

Ecuador-Senegal, martes 29 de noviembre. El regreso de la Selección a línea de cuatro permitió que los fuertes atacantes africanos disfrutaron un picnic gratuito. Les sobró espacio para desbordar porque el planteamiento defensivo fue equivocado. Las inclusiones de Carlos Gruezo y Allan Franco fueron un error de Alfaro. No habían pasado ni 15 minutos cuando Senegal desperdició tres opciones claras de gol. Elocuente eran las facilidades que brindaba Ecuador, tanto el diario español AS lo tituló: “Pervis Estupiñán y, sobre todo, Ángelo Preciado ni se molestaban en pedir un céntimo de peaje en sus costados que fueron una autopista”. Lo peor de todo es que Senegal, consciente de las oportunidades que le brindaban, seguía insistiendo ante la inmovilidad del cuerpo técnico ecuatoriano y así llegó el gol con un tiro penal legítimo que hizo la diferencia.

Gustavo Alfaro pide a los hinchas de Ecuador ‘no perder la esperanza’ en la joven camada de la Tricolor tras despedirse del Mundial 2022

En esa adversidad Alfaro, en un mea culpa notorio, sacó del campo a los improvisados Gruezo y Franco. Aunque empató Moisés Caicedo, más que por un dispositivo táctico ofensivo, por una acción fortuita aprovechada a los 67 minutos. El 1-1 encendía nuevamente la esperanza de la clasificación, pero por el estatismo de Alfaro no se modificó el módulo defensivo empleando línea de cinco. No incluyó a Robert Arboleda, quien por estatura y experiencia debió reforzar el sector pasivo en los últimos 20 minutos, tiempo crucial para asegurar la clasificación.

El gol de Koulibaly, a los 71, nos hizo perder la alegría de estar cerca de avanzar. El resto fue un desconcierto total. Prefirió hacer entrar a un delantero de poco peso y estatura como Djorkaeff Reascos. ¿Para qué, si terminamos centrando ante defensas corpulentos y altos? Además hubo una injusticia notoria: la marginación en todo el Mundial a un jugador más sapiente como Ángel Mena. Prefirió a un livianito extremo como Jeremy Sarmiento en vez de Romario Ibarra, que hubiese ofrecido más potencia ofensiva. Los minutos pasaron y pronto llegó la desazón por la eliminación de Ecuador.

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El llanto de los jugadores y las disculpas de Enner fueron momentos emotivos y de honrados, que contrastaron con la rueda de prensa de Gustavo Alfaro, quien ante una pregunta de periodistas argentinos, ocupó buen tiempo en hablar de su futuro y sobre el tiempo que necesitaba para resolver sobre su continuidad. Sobre el partido dijo poco, porque no le interesaba hacerlo. Lo sorprendente es que nadie le exigió una explicación por la fallida disposición táctica utilizada contra Senegal.

Nos quedamos con una opción despilfarrada. No hubo cargos de conciencia, solo un silencio envolvente. Alfaro no se detuvo a pensar que se perdió la gran oportunidad de jerarquizar a nuestro fútbol, algo que se obtiene al pasar de ronda en un Mundial. Adiós, además, a $ 13 millones por llegar a octavos, cifra que hoy es ya un lucro cesante. Pero lo más sensible fueron la tristeza y la frustración de 18 millones de ecuatorianos al acabar el sueño mundialista en Qatar 2022. (O)