El fútbol ecuatoriano tuvo en todas las épocas dirigentes respetables y de gran trayectoria. Basta recordar a Manuel Seminario Sáenz de Tejada, cuya influencia internacional permitió la afiliación de la Federación Deportiva del Guayas y de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador (Fedenador) a la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) en 1925. Fue tanto su crédito que este organismo lo nombró consejero en 1927, más tarde fiscal y delegado para zanjar una disputa en Costa Rica, cuya federación él fútbol ayudó a fundar.