Barcelona Sporting Club ha demostrado los últimos días que es un fenómeno social, capaz de someter los usos y costumbres de quien quiera oponerse. La veneración al fútbol y a la divisa que tienen sus seguidores ha creado el celo hasta de los políticos, quienes se creen los únicos idóneos para aliviar los problemas sociales de una comunidad. El equipo canario les ha dado prueba de que puede conseguir esa conjunción social, hábil para traspasar barreras, para zanjar diferencias de clases, razas y posiciones económicas. Con razón, el sociólogo Marcel Mauss consideraba al balompié como un acontecimiento social absorbente.