El Club Sport Emelec perdió la posibilidad de ir con un resultado positivo al duelo de vuelta por las semifinales de la Copa Ecuador tras caer ante Liga de Quito en el estadio Capwell en un partido que arrancó ganándolo, pero que su desenlace fue caótico.

El gol del peruano Alfonso Barco abrió la cuenta a favor del equipo que dirige Guillermo Duró, sin embargo, y tras un arbitraje polémico del central Lenín Quiñónez, los albos terminaron remontando gracias a las anotaciones de Michael Estrada y Jeison Medina.

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Fue un buen primer tiempo de Emelec, en el que pudo controlar a su rival, manejó varios momentos y se llevó el triunfo al descanso.

Pero en la segunda mitad, una decisión del juez complicó el desarrollo y la jerarquía del plantel dirigido por Tiago Nunes, que terminó remontando el marcador.

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A los 50 minutos, una falta de Barco, que ya estaba amonestado, fue sancionada por Quiñónez, quien no mostró ninguna tarjeta.

El VAR lo llamó ya que consideró que podía ser una jugada de roja directa. Al revisarla, el juez no mostró la roja, pero sí la segunda amarilla y expulsó al jugador de Emelec.

Un escenario que podría ser correcto, pero no fue así, ya que hubo una mala implementación del protocolo VAR.

El VAR alerta por una posible tarjeta roja, no por una jugada de doble amarilla, que, de hecho, va a ser uno de los temas que tratará la IFAB para las reformas a las normas del juego 2026/27. Hoy no está vigente.

Sin embargo, Quiñónez decidió mostrarle la segunda amarilla al jugador millonario. Muchas veces ha pasado que revisan una posible jugada de expulsión y terminan amonestando, lo cual es incorrecto.

En el reglamento no existe ese apartado. Lo que sí está claro es que el VAR no interviene cuando se trate de una tarjeta amarilla o de una segunda amonestación.

Omar Ponce, considerado uno de los mejores árbitros que ha tenido el país en los últimos 20 años, analizó la acción en su programa radial Los analistas, transmitido por la emisora JC Sports, y apuntó el error de Quiñónez.

“Es una amarilla perdida. El árbitro no puede regresar con una amarilla”, indicó.

La segunda jugada polémica ocurrió segundos antes del segundo gol de Liga de Quito. Richard Mina controló el balón dentro de su área y se reclamó una mano penal. El VAR le notificó sobre la posibilidad al árbitro y este fue a revisar la jugada.

Luego, determinó que no existían consideraciones para sancionar la pena máxima y se reanudó el juego. Esta decisión del juez fue correcta, ya que según la biomecánica del movimiento, la mano no estaba en una posición antinatural ni le brindó mayor volumen para lograr su objetivo.

La hinchada presente en el Capwell explotó de coraje, más por la acción anterior de Barco que por el penal no sancionado. En la parcialidad azul existe malestar al saber que el resultado pudo ser otro con los once futbolistas en cancha.

El partido de vuelta se jugará el 3 de diciembre en el estadio Rodrigo Paz Delgado. (D)