El Nacional, histórico del fútbol ecuatoriano, enfrenta no solo dificultades deportivas, sino también un escenario crítico a nivel institucional.
Los problemas financieros acumulados y las protestas de jugadores por sueldos impagos han puesto al club en el ojo de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), que podría aplicar sanciones severas, incluida la pérdida de categoría.
Mario Canessa, director de radio Caravana a Diario y Diego Melo, periodista de Zapping y Ecuavisa, conversaron con Diario EL UNIVERSO para analizar la situación de El Nacional y valorar qué puede hacer el club para no peligrar el descenso por temas administrativos.
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“El caso del Club Nacional es el muestrario fiel de la caída de un club grande; hoy sus abogados intentan salvar la categoría, pero esto apenas representa un suero para intentar alivianar una enfermedad crónica que tiene el Nacional desde hace tiempo”, dijo Mario Canessa.
“La administración del Nacional este año no ha sido buena porque heredó problemas graves de temporadas anteriores, no logró estabilizar al club ni cumplir lo básico: hay jugadores impagos, deudas que no se han cubierto y la amenaza real de un descenso administrativo. Más allá de los esfuerzos o la buena voluntad, la gestión no estuvo a la altura y no cumplió con las expectativas”, argumentó Diego Melo.
La normativa de la FEF contempla que los clubes que incumplan obligaciones económicas con jugadores, exjugadores o acreedores pueden ser sancionados de distintas formas. Entre las medidas más habituales están:
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- Resta de puntos en la tabla de posiciones, como consecuencia directa de deudas o incumplimientos.
- Veto para inscribir jugadores, tanto en el ámbito nacional como internacional, hasta regularizar los pagos pendientes.
- Descenso administrativo, en casos de reiterados incumplimientos o deudas graves, como medida extrema para proteger la integridad del torneo y los derechos de los jugadores.
En el caso de El Nacional, los jugadores han denunciado retrasos en el pago de salarios durante varios meses, mientras exjugadores y acreedores reclamaban el cumplimiento de compromisos económicos, teniendo alrededor de 160 demandas.
“Es lamentable decirlo, pero un club histórico tiene un presidente que levanta las manos y dice que es imposible salvarlo, porque existen más de 160 demandas; y aun así armó un equipo con varios jugadores que ganan 15.000 dólares, lo que demuestra falta de responsabilidad total”, Canessa apunta al manejo del club.
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“La directiva habló mucho de priorizar algunas deudas para evitar sanciones, pero está claro que eso sigue generando un problema. Decían que si no pagaban ciertas obligaciones el Nacional podría ser castigado, pero mientras tanto dejaban de pagar a los jugadores, lo cual es igual o más grave. Ese manejo fue insostenible y terminó en lo que hoy estamos viendo: una crisis administrativa que terminó explotando”, añadió Melo.
En varias ocasiones, los jugadores del cuadro militar decidieron no entrenar por falto de pagos, y el cuerpo administrativo laboró con normalidad pese a que se les adeuda varios meses de salario.
Estas situaciones llevaron a la FEF a aplicar sanciones que afectan directamente la tabla de posiciones y la capacidad operativa del club, dejando abierta la posibilidad de un descenso administrativo si las deudas no se regularizan a tiempo.
El riesgo es concreto: según el reglamento de la federación, la acumulación de incumplimientos económicos puede derivar en que El Nacional pierda la categoría, independientemente de sus resultados deportivos.
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“Ir a la B puede ser un paso doloroso, pero también puede servir como una etapa para reestructurar totalmente la situación del club y evitar que siga viviendo con una enfermedad crónica, donde las deudas lo consumen y el presupuesto no corresponde”, añadió Canessa.
“Descender puede ser un arma de doble filo. Al Deportivo Quito le pasó: no encontró después el camino para regresar y, en ese intento desesperado de volver rápido, se fue quedando cada vez más hasta llegar a donde está hoy”, aseguró Melo.
Esta medida busca garantizar que los clubes cumplan con sus obligaciones contractuales y mantengan la estabilidad institucional necesaria para competir en la Serie A.
De momento, el club debe enfrentar un doble desafío: resolver su crisis financiera y mantener el rendimiento en la cancha, con el objetivo de evitar que las sanciones de la FEF determinen un descenso que marcaría un antes y un después en su historia.
“Se necesita una intervención externa para analizar la situación del club, ya sea por la FEF, LigaPro o alguna autoridad competente; es necesario que haya un plan de rescate real, con personas responsables que puedan tomar el timón y salvar al Nacional de esta crisis profunda”, dijo Canessa.
“Lo que vive futbolísticamente este año es un retroceso evidente. Y es simplemente el reflejo de lo administrativo. El año pasado ganaron la Copa Ecuador en medio de los mismos problemas —su técnico se fue porque no le pagaban por más de cinco meses— y ese título fue un espejismo. Hoy se ve el verdadero peso de años de deudas, plantillas reducidas y jugadores intentando solo competir para que alguien los vea e irse del club", aseguró Melo.
El caso de El Nacional es un recordatorio de que en el fútbol profesional no solo cuentan los goles y los puntos, sino también la responsabilidad administrativa y financiera.
“Mientras no se modifiquen las estructuras que permitan legalmente una cultura societaria deportiva, la dirigencia del fútbol ecuatoriano sigue jugando con fuego, y esto pone en riesgo a otros clubes grandes en el futuro”, concluyó Canessa.
“Siendo honesto, hoy no veo una salida clara para el Nacional. La empresa privada difícilmente va a apostar por un equipo con más de 160 denuncias y una crisis tan profunda. Y tampoco es probable que las Fuerzas Armadas vuelvan a sostenerlo como antes; quizá puedan ayudar con contactos, pero no con presupuesto. En este momento, administrativamente, no hay luces de mejora”, finalizó Melo.
El cumplimiento de las obligaciones con jugadores y acreedores es clave no solo para evitar sanciones, sino para preservar la viabilidad de un club histórico en el fútbol ecuatoriano. (D)



























