Pedro Pablo Papi Perlaza Concha, bicampeón nacional con Barcelona Sporting Club, en 1970 y 1971, y actual formador de talentos en Sucumbíos, fue uno de los homenajeados en la sesión solemne por los 51 años de la Asociación Barcelona Astillero.
En medio del reencuentro con exglorias y dirigentes del club, Perlaza compartió con EL UNIVERSO su orgullo por el legado del Ídolo y recordó el momento en que descubrió a un niño que años después se convertiría en leyenda: Antonio Valencia.
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Fue en 1997, en una cancha barrial de Lago Agrio, cuando el pequeño pasabolas que dominaba el balón con desparpajo llamó su atención. A partir de ahí, lo formó, lo encaminó y le enseñó uno de sus recursos más letales: el remate de media distancia.
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¿Qué sensación le deja haberse reencontrado con excompañeros y haber contado con la presencia de dirigentes actuales?
Muy congratulado de haber sido invitado y de reencontrarme con exfiguras del fútbol ecuatoriano, grandes dirigentes de la Asociación Barcelona Astillero. Mi saludo inmenso para el presidente (Antonio Alvarez) y el Beto (Carlos Alfaro Moreno), que estuvieron presentes.
¿Qué significa Barcelona SC para usted?
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Demasiado. Hay otros (euipos) que han ganado muchos títulos, pero no se igualan a Barcelona SC, con todo el respeto que se merecen Independiente del Valle y Liga de Quito. Lo que es Barcelona SC en Ecuador no lo va a alcanzar nadie, pueden ganar mil copas, pero es muy difícil ser ídolo. Eso se gana con entrega y sacrificio de todos los jugadores que han vestido esta camiseta.
¿Cómo percibe que Barcelona SC se hizo ídolo sin ser campeón?
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Se lo ganó Barcelona SC porque fue el primero en llegar a ser vicecampeón de América. El padre le enseña al hijo las dos camisetas: la amarilla y la azul, y se van con la amarilla porque es radiante como el sol.
¿Cómo descubrió a Antonio Valencia?
Llegué en 1997 a Lagro Agrio (Amazonía ecuatoriana) y conocí a Antonio Valencia en la cancha Carlos Vernaza, cuando él tenía 11 años. En el torneo barrial era pasabolas y siempre pedía la pelota y se ponía a dominar. Le pregunté quién era y dónde vivía. ‘Atrás de ese arco’. Su papá estudió conmigo en la escuela, lo contacté y le dije que mande a entrenar a su hijo. Valencia llegó por su disciplina, perseverencia, tenacidad y su entrega.
¿Lo ayudó a perfeccionar alguna técnica?
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El remate de media distancia. En una eliminatoria (para Alemania 2006) perdíamos contra Paraguay en Quito 2-0 y él (Valencia) hace dos golazos de media distancia. Uno de mis hijos me dijo: ‘Papá, lo que usted le enseñó: a rematar’. Para mí fue una alegría inmensa.
¿Mantiene contacto con él?
Hace 15 días estuvo en Lago Agrio y fue a la inauguración de un torneo. Esperamos que no sea la última vez, que siga yendo. Se dio cuenta del potencial que hay en Lago Agrio y en la provincia de Sucumbíos.
¿Usted tiene su equipo como Valencia?
Él tiene el suyo, yo tengo el mío. Papi P Fútbol Club, pero es de ligas barriales. Hemos ganado los 10 partidos que hemos jugado, tengo muchachos de 17 a 19 años. (D)