"Positiva reunión con el gremio arbitral. Todo aclarado". Con esa declaración la noche del miércoles, Miguel Ángel Loor, presidente de la Liga Profesional, buscó zanjar el malestar de los árbitros del fútbol de Ecuador, sobre quienes esta semana se conoció que no pitarían en el arranque del balompié doméstico si no se les cancelaba una deuda que mantienen con ellos la organización de clubes y la Federación Ecuatoriana de Fútbol.