Tras la muerte de Maradona, los homenajes y los recuerdos siguen conmoviendo en el mundo. Según Infobae, ahora el sacerdote Gustavo Rubio, cura de la Parroquia María Auxiliadora de Berisso, ha llamado la atención tras rememorar su íntimo encuentro con el jugador.

Rubio contó cómo conoció al referente argentino y de qué hablaron durante la reunión que se desarrolló en el club de Gimnasia, lo hizo durante el programa radial argentino 'Mañana Sylvestre'.

“Diego me pidió que lo bendijera a él para lo que fuera a vivir. Me dijo que lo único que quería era paz”, reveló el sacerdote sobre, quien se reunió con Maradona en septiembre del año pasado, cuando él tomaba las riendas y la dirección técnica de Gimnasia de La Plata, en un inicio, por una temporada.

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“Me llamó la atención que Maradona llamara a un cura. Pensé mal, pensé que era para sacar la mufa y no. Cuando llegamos lo esperamos un rato, y cuando nos encontramos me llamó mucho la atención que me pidió que lo bendijera a él y al equipo de parte de Dios, pero a él en especial para su vida y lo que viviera de ahí en adelante”, detalló.

El sacerdote detalló además la reacción del jugador cuando sacó el frasco de óleo para la unción, a lo que Maradona exclamó: “¡Uh, el aceitito!”, recordó Rubio, al mismo tiempo que reveló una historia que el propio Diego le había contado: “Cuando a su mamá, Doña Tota la vida se le ponía muy dura iba a la parroquia y el cura le daba ‘el aceite’ para llenarla de fuerza y salir adelante”.

Indicó también que en ese momento lo vio a Maradona “agradecido con la vida y con Gimnasia” por tener un lugar en donde lo hayan recibido.

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“Uno tiene la imagen superficial de Maradona de lo que uno ve en la televisión, en los diarios y me impresionó mucho encontrarme con el hombre, con un semejante, y pidiendo paz ‘para lo que Dios me regale de vida de aquí en adelante’”, consideró el religioso replicando las palabras del exfutbolista.

“Para mi fue muy fuerte porque Maradona es tan grande como persona, como jugador, que realmente me emocionó mucho verlo pequeño con esta necesidad, diciendo ‘quiero paz’”, expresó el sacerdote sobre la sensaciones que tuvo en ese encuentro.

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“Diego me dijo, con sus palabras: ‘Yo me mandé muchas cagadas en la vida, muchas, y me arrepiento, pero tuve cosas buenas en la vida’, y habló de afectos y del fútbol”, comentó. “A mí me impresionó que Diego pudiera reconocer las faltas, las macanas que uno se manda, y me dijera: ‘Yo no soy ejemplo para nadie’. Era importante que quisiera reconocer sus límites y su pequeñez”.

Finalmente, Rubio también destacó el cariño que Diego tenía hacia sus padres: “Cada vez que hablaba de ellos lo hacía con mucha admiración, con mucho cariño, se le llenaban los ojos de lágrimas”.

“Maradona me contó que su vuelta a la Iglesia estuvo inspirada sobre todo por la vida y fe de su madre, que ella aprendió la fe simple y quería ponerla en práctica”, aseguró. (I)