Con la misma solvencia que despachó las rondas anteriores, Novak Djokovic (1º ATP) se deshizo del ruso Karen Kjachanov (16º); 6-4, 6-3 y 6-3, este lunes en los octavos de Roland Garros, y jugará ante Pablo Carreño (18º), que sufrió, pero avanzó ante el alemán Daniel Altmaier (186º).

En otro día de lluvia, se suspendieron los partidos de la tarde y el español vio desplazado su duelo a la pista Philippe Chatrier, que está sacando brillo a su recién estrenado techo retráctil.

Carreño se cruzaba con una de las sorpresas del torneo, Altmaier, de 22 años y procedente de la clasificación, que le hizo sudar, pero al que derrotó por la vía rápida (6-2, 7-5 y 6-2).

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“Estuvo jugando con mucha confianza, hoy sintió la presión por la primera vez en este torneo. Volverá aquí. Le felicito”, dijo el español a pie de pista.

“Adoro las dejadas”

Ahora, como en el pasado US Open en el que fue semifinalista, chocará con Djokovic. Entonces, en un duelo de octavos que pasó a la historia, el serbio perdió los nervios y soltó un pelotazo que golpeó en la garganta de una juez de línea, lo que le costó la expulsión, su única derrota en 36 partidos este año.

El número 1 mundial por ahora no ha tenido razones para fruncir el ceño en París. "Es al que más favorecen las particulares condiciones del torneo", señaló a la AFP Toni Nadal, histórico entrenador de su sobrino Rafael, y los números parecen darle la razón.

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Cuatro partidos, ningún set perdido y ni un rasguño ante Khachanov, desesperado ante la consistencia de 'Nole', que ha añadido pimienta a su repertorio en forma de un arsenal de dejadas, ideales en el Roland Garros del frío y la humedad, en el que las pelotas caen como piedras.

"Fue un partido más igualado que lo que dice el resultado. Evidentemente adoro las dejadas, a veces demasiado, creo que un buen golpe para hacer variaciones tácticas", analizó en francés Djokovic.
En categoría femenina cayó la última representante española. Lastrada por una lesión en la espalda, Paula Badosa (87ª WTA) perdió ante la alemana Laura Siegemund (66ª), que impuso su tenis de lucha para vencer por 7-5 y 6-2.

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“Si lo miro fríamente es muy buen torneo. Soy muy competitiva y no he podido hacer mi juego, creo que no he estado ni al 50% de lo que he hecho esta semana. Me voy fastidiada y con sabor agridulce”, dijo haciendo referencia a estas molestias.

Kvitova, triunfo y emoción

Siegemund jugará por una plaza en semifinales con Kvitova (11ª WTA), que se impuso a la china Shuai Zhang, 6-2 y 6-4.

La checa, ganadora en Wimbledon en 2011 y 2014, no alcanzaba los cuartos en París desde 2012, cuando perdió en semifinales con Maria Sharapova.

“Estaba emocionada en los dos últimos puntos porque pensé en mis buenos recuerdos, cuando regresé aquí en 2017 y entré en la pista Philippe Chatrier”, explicó en rueda de prensa, señalando la agresión con cuchillo que sufrió en diciembre de 2016 durante un robo en su casa.

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Su carrera quedó entre interrogantes y su mano izquierda necesitó una operación. Estuvo fuera de las pistas cinco meses. "No imaginaba estar de nuevo en cuartos aquí, me ha venido todo, no sé por qué”, añadió.

Más tarde Kenin (6ª), ganadora en febrero del Abierto de Australia, se impuso en tres sets (2-6, 6-2 y 6-1) a la francesa Fiona Ferro (49ª), que disputaba por primera vez los octavos de un Grand Slam.
Su rival saldrá del duelo entre la tunecina Ons Jabeur (35ª) y la estadounidense Danielle Collins (57ª), desplazado al martes por la lluvia. (D)