El 2-8 del pasado 14 de agosto en Lisboa fue una humillación, pero no un fin de ciclo. Porque este es el ciclo de Lionel Messi y, aunque él ha intentado salir corriendo este verano, el círculo no se cerrará hasta que abandone el FC Barcelona. Así que esta temporada, salvo cambio de opinión del argentino, al que solo muchos goles cargarán de razones sus despiadadas críticas al presidente por el incendio que generan en el día a día del club, sí significará el final de una época. O, por qué no, el inicio de algo. Porque este domingo, en el partido ante el Villarreal (14:00 de Ecuador), también empieza la era Ronald Koeman, que los más agoreros anuncian corta.