El squash juvenil de Ecuador prolongó su dulce momento a nivel internacional. Se consagró tetracampeón sudamericano. Una pléyade de deportistas tienen a esta disciplina en la cima, pero María Paula Moya, María Emilia Falconí y Rafaela García brillan con luz propia, pues han ganado medallas en las ediciones en que la Tricolor se ha lucido.

La ambateña María Paula, a sus 19 años, es la más laureada de la Selección, y por ahora por sus aptitudes deportivas estudia becada en una universidad de Virginia, en Estados Unidos. María Emilia (15) y Rafaela (14) quieren seguir esa huella.

En el último Sudamericano, jugado en el Rancho San Francisco en Quito, entre el 16 y 22 de febrero, las tres subieron a lo más alto del podio.

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“De niña entrenaba básquet y hasta jugaba fútbol, ni por idea que un día iba a ser seleccionada de squash y peor que iba a ganar medallas internacionales”, rememora María Paula, que llegó a su natal Ambato con permiso de la universidad. Enseguida indica que su historia con la raqueta se inició a los 6 años cuando iba a verle jugar a su hermano Gino.

Campeona sudamericana en cinco categorías (11, 13, 15, 17 y 19 años), tres títulos panamericanos (uno individual y dos en dobles) y bicampeona del Canadian Junior Open, la deportista, entre risas, dice que ya perdió la cuenta del número de medallas ganadas a nivel local.

Aunque, afirma, representa con orgullo al Ecuador, ella aspira a cerrar una etapa brillante con la Tricolor en los Juegos Panamericanos Chile 2023.

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Igual, con risas, María Emilia y Rafaela, que se iniciaron en el squash a los 9 y 8 años, en ese orden, indican que las preseas locales son incontables.

“Soy cuatro veces campeona sudamericana, tengo dos subcampeonatos y otros logros en el exterior”, resalta María Emilia, para quien este deporte es importante en su vida, pero aclara que no será para toda la vida y por ello buscará ser becada en Estados Unidos para seguir una carrera académica.

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Rafaela inició la cosecha de medallas en el Sudamericano Cartagena 2015. En su familia no es la única squashista, su hermana Sofía (11 años) le sigue los pasos y en el reciente Sudamericano ya ganó un oro en sub-11.

El apoyo de sus padres ha sido fundamental para que las tres brillen en sus primeros años de deportistas. En la actualidad, María Paula y María Emilia ya cuentan con el respaldo de la Secretaría del Deporte, cuentan. No así Rafaela.

éxito no continúa

Si bien la gloria ha bañado al squash juvenil ecuatoriano, esos éxitos, en su mayoría, se esfuman en la categoría adulta, admite Miguel Perito, quien fue el director general del Sudamericano,

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“En la sénior nos quedamos sin ser competitivos por la falta de recursos”, explica Perito.

Según María Paula, el problema también tiene otra arista. “En el país hay buenos formadores, pero no existen entrenadores para quienes tienen nivel profesional”, apunta. (D)

Vivir sola en EE. UU. me ha hecho madurar. Ahora quiero acabar mi etapa de juvenil y pensar en un regreso al profesionalismo

En mi infancia no imaginé que sería medallista internacional; no podía ni pegarle a la pelota. Eso me frustraba. Me puse a entrenar fuerte y con sacrificio lo logré