Con Esteban Dreer las cosas no fueron claras. Tengo entendido que para renovar él arregló por un dinero y dos años de contrato, pero también se negociaba con Pedro Ortiz. La dirigencia jugó a dos ases: si no me sale lo de Ortiz sigo con Dreer, porque es un buen arquero. Si me sale lo de Ortiz, lo desecho a Dreer.

El Rifle se va molesto de Emelec, pero el tiempo sana las heridas. Dreer debe centrarse en lo que él hizo en Emelec, en el cariño de la gente, en los títulos que ganó. Si la directiva le quisiera dar una placa qué va decir, ¿que no? Dreer no va a hacer un desplante. Sus excompañeros de Emelec lo van a felicitar y lo abrazarán porque es muy querido. El público que vaya al estadio Capwell (el 30 de enero próximo, para el amistoso con Liga de Portoviejo, por la Explosión Azul) va a gritar el nombre de Dreer porque ha sido una figura señera en Emelec.

El malestar se le va a pasar. Todos los ciclos se cumplen, como sucedió con otros guardametas, como Eduardo Ñato García o Cipriano Yu Lee. Cuando los ciclos se terminan, uno tiene que irse. Así es el fútbol y Dreer no iba a ser la excepción. Sin embargo, hubo ese inconveniente, pero eso también pasa. Él ahora se debe a Portoviejo y allá va a tratar de dar su contingente de buena manera, como siempre lo hizo en Emelec.

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Por ejemplo, yo no me fui enojado en 1980. Yo quería seguir en Emelec porque soy emelecista. Pero ahora, recapitulando con el transcurrir del tiempo, he llegado a la conclusión de que uno debe estar en un equipo tres o cuatro temporadas como máximo, no más.

Cuando yo estaba en la pretemporada de Emelec, en Bahía de Caráquez (febrero de 1980), me dijeron: “Te vas para Liga de Quito” (club del que llegó Jorge Luis Diablo Alarcón, que fracasó, mientras Armendáriz se convirtió en figura de los albos durante tres campañas) y me fui. Pero no me marché molesto. Me fui tranquilo. Me hicieron un reconocimiento en Emelec (donde debutó en 1973 y fue campeón nacional en 1979), un almuerzo, la directiva me dio una placa. Recuerdo que tomé la palabra en la ceremonia y se me quebró la voz.

Obviamente, por el afecto que yo sentía por mis compañeros y por Emelec ocurrió todo eso. Pero después uno se olvida y sigue con su carrera. Jugué en Liga (Q) y en Barcelona y claro que seguí siendo emelecista, pero dejé de ver ese tema de forma tan pasional, como cuando era futbolista del club. Las cosas van cambiando. A Dreer, seguramente, se le irá pasando el enojo y el coraje que pueda sentir. La afición lo va a aplaudir cuando regrese al estadio Capwell y él se sentirá contento, sobre todo, con el reconocimiento que le dé la hinchada eléctrica porque lo aprecia mucho.

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En lo que tiene que ver con el campeonato 2020, pelea creo que va a dar Liga de Quito porque ha hecho buenas contrataciones. Acaba de fichar al uruguayo Matías Zunino porque no va más José Ayoví, y se quedó Rodrigo Aguirre. Además, si Júnior Sornoza funciona, tiene asegurado el tema del armado. Es un equipo potente. No va a desmejorar nada Pedro Pablo Perlaza y junto con Moisés Corozo le darán un mejor balance en la zona defensiva. Para mí, Liga es firme candidato para pelear por estar en los primeros lugares.

Emelec ha fichado a futbolistas que tienen buen cartel como Sebastián Rodríguez, Pancho Cevallos Jr. y Ortiz. No sucede como el año pasado, cuando llegaron futbolistas de poca monta como el volante uruguayo Nicolás Queiroz. Emelec ha invertido bien, lo demuestra la contratación de Roberto Tuka Ordóñez. Los millonarios han armado un buen plantel.

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A Delfín se le fueron ocho titulares, pero de inmediato hizo fichajes interesantes. Independiente siempre tiene una buena generación de jugadores importantes. Y en cuanto a Barcelona creo que aún le falta. Tiene mucha veteranía en la mitad de la cancha y eso le puede pasar factura. Necesita futbolistas más dinámicos, pero ojalá pueda andar por buena ruta. Esos son los equipos más interesantes para el campeonato del 2020. (O)

La afición lo va a aplaudir cuando regrese al estadio Capwell y Dreer se sentirá contento, sobre todo, con el reconocimiento que le dé la hinchada eléctrica porque lo aprecia mucho. El tiempo sana heridas".