En Ecuador antes ni la Navidad detenía los partidos de fútbol

Hubo una época en Ecuador en que no importaba que el calendario, en diciembre, señalara el día 24 o 25. Tampoco 31. Nochebuena, Navidad y Fin de Año eran fechas adecuadas para jugar fútbol. Lo que ahora es habitual en el básquet de la NBA (hoy tiene cinco partidos programados, entre ellos un espectacular Lakers-Clippers, en Los Ángeles) y hasta hace poco en la Liga Premier inglesa, no era novedad en las décadas del 40, 50 y 60 en Guayaquil, sea por duelos oficiales o amistosos.

El antes llamado torneo Sudamericano (Copa América, desde 1975) se cumplió íntegramente en el estadio Capwell entre el 30 de noviembre y el 31 de diciembre de 1947. Argentina presentó una selección integrada por una colección irrepetible de estrellas y el 25 de diciembre protagonizó el penúltimo juego rumbo al tricampeonato. Su rival fue Ecuador.

Este Diario dijo el día del encuentro que los dos combinados “exhibirán sus máximas virtudes: técnica depurada, potencialidad grande y elegancia adornan a los platenses. A tan grandes condiciones opone Ecuador la bravura de sus hombres, la tenacidad en la brega y el afán de superación”. Y además: “Mientras uno confía en sus méritos acumulados en muchos años de competir, en su prestancia de campeón; el otro tiene, más que otro caso, denuedo y justificado deseo de mostrarse digno adversario”.

La Selección formó con Napoleón Medina; Jorge Chompi Henriques, Félix Leyton Zurita; Ricardo Riveros, Enrique Moscovita Álvarez (Eduardo Ortiz), Luis Mendoza; Víctor Cevallos, José Jiménez, Federico Zenck (Guillermo Gavilánez), Víctor Aguayo, Gonzalo Pozo. Los poderosos albicelestes alinearon a Obdulio Diano; José Marante, Juan Carlos Sobrero; Norberto Yácono, Ángel Perucca (Néstor Rossi), Natalio Pescia; Mario Atómico Boyé, Norberto Méndez, Alfredo Di Stéfano (René Pontoni), José Manuel Moreno, Félix Lostau.

En la jornada navideña Argentina, que había vencido en tres compromisos por seis goles y en otro por siete, solo pudo imponerse 2-0, con tantos del Charro Moreno y Méndez. Medina Fabre, golero tricolor, tuvo intervenciones ‘magistrales’ y fue elegido el mejor de Ecuador y recibió, como tal, un reloj Marvin ofrecido antes por el representante de aquella marca.

También en Navidad, en 1959, en el Sudamericano Extraordinario de Guayaquil (en marzo de ese año hubo otra edición en Buenos Aires), cuyos partidos se desarrollaron en el ‘monumental estadio Modelo’, como calificaba la publicidad de la época, se cerró el certamen con Ecuador-Paraguay.

“Haciendo entrega de un brillante derroche de pundonor deportivo, acompañado de un buen calculado planteamiento futbolístico que arrolló al contendor, el seleccionado nacional venció al paraguayo 3-1”, reseñó este Diario.

Alberto Spencer, José Vicente Balseca y Clímaco Cañarte le regalaron goles al público que abarrotó el escenario. El mejor tanto fue el último, de Cañarte, que tras una tejida entre Ernesto Guerra y Carlos Raffo recibió el balón del Flaco y “empalmó un cañonazo que fue a estrellarse en la red”, contó EL UNIVERSO.

Y en la Nochebuena de 1964 aterrizó el Racing de Avellaneda con Roberto Perfumo (“un jugador distinto por su extraordinaria calidad”, dijo este Diario), José Omar Pastoriza y César Luis Menotti, para perder 1-0 con Barcelona el 27 de diciembre y vencer 1-0 a Emelec 48 horas después. (D)