“La polémica de la noche llegó en los 91 kilos, con el combate entre Erislandy Savón y el ecuatoriano Julio César Castillo, quien no se amilanó ante el ‘rey universal’ y muchos deben pensar que la victoria la mereció mucho más el sudamericano”, reseñó un portal cubano (CiberCuba.com) sobre la discutida final de boxeo en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 (del 9 de agosto).

El mismo medio caribeño comentó: “Pasivo como en sus últimos eventos internacionales, Savón no supo aprovechar su mayor estatura para mantener la distancia y Castillo, ni corto ni perezoso, le endosó cuantas veces quiso su mano derecha en forma de swing. Tal vez, el último minuto resultó salvador para el cubano, pues logró conectar un par de jabs”.

Esta descripción, hecha por los mismos comentaristas cubanos, evidencia al menos la paridad de un combate que al final los jueces lo resolvieron a favor de Savón 4-1, ante la protesta del público asistente.

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Aunque Castillo (31 años) obtuvo la medalla de plata, se quedó con una sensación amarga por lo que calificó como una decisión ‘incorrecta’.

“La discusión de la final en los Panamericanos no fue solo una discusión contra un boxeador específico, fue un combate contra un país potencia en el boxeo como lo es Cuba, contra un campeón mundial. Creo que todo eso tuvo que ver al momento de la decisión”, opina Castillo, por lo que cree que el rótulo de ‘monarca’ influyó en la percepción de los jueces.

“La AIBA, la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado, tiene muchos problemas y no tiene los árbitros con experiencia que se requieren para un evento de esta magnitud”, asegura el boxeador esmeraldeño, quien ya ha sumado medallas en los Panamericanos del 2007 (bronce) y 2011 (plata).

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Para intentar comprender el resultado, Castillo incluso se pone en los pies de un juez. “Por decirlo así, si yo soy un árbitro que no tengo experiencia y veo a un campeón mundial contra uno que no es campeón, y si la pelea está pareja, yo me decido por el campeón por mi falta de experiencia... Eso fue lo que pasó, a mi parecer y según el análisis que hice ya con cabeza fría”, refirió.

“Creo que eso incidió en que el árbitro tomara la decisión ‘incorrecta’, como me lo hizo saber el público de Perú, porque no lo digo yo, lo hizo notar la gente en el escenario”, agregó.

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Al final de la pelea el púgil tricolor recibió la muestra de aprecio no solo de los aficionados, sino también del rival, al que ha enfrentado en nueve ocasiones, incluida la de Perú.

Savón, quien es sobrino de la gloria del boxeo cubano Félix Savón, “es un deportista que tiene los pies sobre la tierra. Es una buena persona, me supo manifestar que me debe todo su respeto, como yo a él, porque es un gran atleta”.

Castillo no guarda resentimiento, pero sí desea la revancha deportiva. “Ya la vida nos dará otra oportunidad para enfrentarnos y sacarnos la espinita. Ojalá que se dé, aunque en el amateur no podemos pactar directamente una revancha (como sí se da en el ámbito profesional), pero esperemos que se dé. Ahora en los mundiales puede darse la oportunidad”.

Por eso, “estoy entrenándome fuerte para salir adelante y mejorar. En el Mundial me puedo topar con él (Savón), ya que él es el campeón mundial (2017) y está entre los favoritos para la competencia”.

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“Eso me compromete más. Voy a enfocar al máximo (en el Mundial), a entrenar durísimo para llegar bien a ese tope y todas las pruebas que vengan”.

El Mundial será del 7 al 21 de septiembre, en Rusia, y desde el próximo año su meta es el cupo olímpico de Tokio 2020, pues “todavía no está asegurada la clasificación, porque en boxeo las clasificaciones directas se deciden en el mismo año de los Juegos”. Castillo buscará su tercer olímpico consecutivo.

Voy a entrenar durísimo para llegar bien a ese tope (Mundial). Quiero llegar en óptimas condiciones (al 2020) sin tener lesiones para asegurar el cupo olímpico".Julio César Castillo, boxeador ecuatoriano

(D)