No solo porque ganó medalla de oro, no únicamente porque es la segunda consecutiva, también por la manera en que se consagró en los Juegos Panamericanos de Lima, el tricolor Andrés Montaño se metió en la historia del deporte nacional. El pasado miércoles, en los cuartos de final de las competencias de lucha grecorromana, en 60 kilos, el esmeraldeño de 29 años dio una exhibición de coraje y de técnica para acabar con la ventaja de 6-0 del cubano Luis Orta y clasificar a semifinales. Montaño, campeón en Toronto 2015, ganó las siguientes fases y se va de Perú con el título. Ahora espera más ayuda oficial y no pide ni casa ni dinero, pero sí exige atención para seguir “luchando por sus hijos y por el país” y para estar en los Juegos Olímpicos 2020.

¿Por qué se dedicó a la lucha, si Esmeraldas es tierra de futbolistas?

Yo vivía cerca del coliseo Ricardo Plaza Bastidas, en El Arenal, donde practicaban lucha. Como ese escenario estaba a un paso, desde los 9 años iba a ver entrenar y me gustó. Pedí permiso para practicar y no he parado.

Publicidad

¿Quién le enseñó a luchar?

Mi primer profesor fue Darío Olmedo (ahora es militar).

¿Cómo entrenó para estos Juegos Panamericanos?

Publicidad

Tuve una buena preparación con los campamentos de entrenamiento que hice en Italia, España, Cuba, unos días en Cuenca y en Lima, antes de los Juegos. Todo eso me sirvió para estos Panamericanos.

Es su segunda medalla de oro panamericana seguida. Emuló a figuras como Jorge Delgado, Jefferson Pérez, Boris Burov, Alexandra Escobar y Seledina Nieves. ¿Qué se siente?

Publicidad

Es bonito, me alegra mucho. Pero casi no pienso en eso.

En cuatro empató a 6 con Orta, se repuso y pasó a semifinales. ¿Tan difícil fue?

Claro, perdía 6-0, empaté y se decidió a mi favor porque hice un pase atrás, con una proyección de cuatro puntos y eso me sirvió para ganar.

¿Cómo se recuperó de ese marcador adverso?

Publicidad

Bueno, fue por la experiencia de muchos años de competir.

¿Pensó en algún momento que se le iba la pelea?

En un momento sí, pero seguí buscando (hacer puntos), no me rendí nunca. Él (Orta) me dio la chance de hacer un movimiento, empaté y luego hice la proyección de cuatro puntos que me dio la victoria.

En la semifinal venció por 8-0 al venezolano Anthony Palecia. Fue una diferencia enorme a su favor.

Mucha, creo que sí. Nunca había luchado contra él, creo que se notó la diferencia.

¿Antes de enfrentarlo pensó que tal vez podría ser tan complicado como con Orta?

Por lo general, no me consumo mentalmente esperando el combate. Lo que sí pienso es que voy a luchar y que debo hacer bien las cosas.

¿Y en qué se enfoca para hacer bien las cosas?

En mis hijos, ellos son lo primero en que pienso antes de calentar, antes de entrar a la colchoneta. Pienso en ellos porque ellos van a recibir toda la felicidad por lo bien que hace las cosas su padre.

¿Qué se le vino a la cabeza cuando pasó a la final?

Primero pensé en descansar, en dormir un par de horas, hasta antes de la final. Y obviamente me concentré
en hacer bien las cosas.

Se lo vio convencido de ser campeón. En la final se sentía con opción ante el colombiano Dicther Toro?

La verdad, sí estaba un poco convencido, pero no tenía que sobrarme ni confiarme. Era mi segunda final contra él; la primera se le gané en los Juegos Sudamericanos 2018 de Cochabamba. Lo conozco hace años y sé cómo se maneja.

Para mis hijos (Andrew Montaño Hernández, de 6 años; Leandro Montaño Mieles, de 5; y Alondra Montaño Mieles, de 3 años) y para todo el Ecuador es la medalla de oro. Andrés Montaño

¿El 10-1 a su favor en la final dice todo lo que pasó en la colchoneta o pudo ser más amplia la ventaja?

Sí, esa fue la diferencia. Creo que hice una buena pelea para ganar la medalla de oro.

¿Sabe que su pelea contra Orta emocionó mucho a los ecuatorianos que siguieron el combate por TV?

No, no lo sabía. Nadie me ha dicho nada.

Tras ganar la final usted gritó emocionado y cerró los puños. ¿Qué significado tuvieron esas expresiones?

Significaron muchas cosas, hubo problemas personales. Hay cosas que uno piensa antes de la competencia que hacen creer que no se lo podrá hacer (ganar el título). Entonces toca llenarse de motivación, solo para lograr muchas cosas. Por eso fue el grito, porque he tenido varios problemas personales en mi vida. Fue un desahogo.

¿Su entrenador (César Carracedo) le dio alguna indicación especial?

No pudo estar en la esquina en la final porque se le subió la presión por el frío que hace en Lima. Quien me acompañó me dijo que luchara tranquilo para que todo salga bien.

¿El oro recompensa todo el sacrificio que ha hecho?

Yo mismo me recompensé con el título porque no sé si las autoridades (deportivas) me recompensarán.

¿Qué espera luego de ganar esta presea de oro?

Que las autoridades sean un poco conscientes de las cosas que hacemos los deportistas, del sacrificio de cada día por Ecuador. Esperamos que luego de esto nos reconozcan algo, ya que después de Toronto 2015 no nos reconocieron absolutamente nada.

¿Espera que le den casa, dinero o algo parecido?

Ni dinero ni casa, sino que se haga un reconocimiento que nos llene de alegría porque podemos seguir consiguiendo muchas cosas más.

¿Lo apoya la Federación Deportiva de Esmeraldas?

Hasta ahora no he recibido absolutamente nada. En cambio, en Manabí, donde me radiqué hace unos años, me dan todas las atenciones. A veces tengo ganas de competir por esa linda provincia, pero me detengo porque no pierdo las esperanzas de que las autoridades deportivas de Esmeraldas algún día se preocupen por mí.

¿Qué siente que le cuelguen una medalla panamericana?

Siento mucha alegría, como cualquier medallista de oro panamericano. Me siento contento de que mis hijos
me hayan visto luchar la final, mi gente de Esmeraldas, de Manabí, de Ecuador entero, compañeros y amigos. Me siento contento porque la gente espera mucho de mí.

¿Qué viene ahora?

El Mundial de Kazajistán, en septiembre, que entrega seis cupos para los JJ.OO. 2020.

¿Qué posibilidades tiene de clasificar a Tokio 2020?

Hay muchas, pero para eso debo entrenar afuera del país.

¿Y por qué no en el país?

El problema es que en Ecuador no tengo una pareja para entrenar (y mejor nivel técnico) y por eso aprovecho los campamentos en que participo fuera del país. (D)