Los Padres de San Diego, equipo de béisbol de las Grandes Ligas que juega en la zona Oeste de la Liga Nacional y que ha tenido muy poco protagonismo, provocó admiración al anunciar el 19 de febrero la contratación de Manny Machado, beisbolista de cuadro interior, estadounidense de origen dominicano por $ 300 millones por diez temporadas.

Desde su fundación en 1969, el equipo californiano solo ha podido ganar dos campeonatos de la Liga Nacional que le sirvieron para llegar a la Serie Mundial en las campañas 1884 y 1998, en las que fueron doblegados por los Tigres de Detroit y los Yankees de Nueva York, en su orden. La mayor parte de su historia está en el sótano de la tabla.

Su grupo de competencia y contra quienes deben jugar la mayor cantidad de partidos, lo conforman los Dodgers de Los Ángeles, Rockies de Colorado, Cascabeles de Arizona y Gigantes de San Francisco.

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Al contratar a Machado intentarán cambiar la imagen de estar siempre en las últimas posiciones de la tabla. Para poner un ejemplo, la campaña anterior los Padres terminaron en la última casilla con 66 partidos ganados y 96 perdidos. Hubo una temporada en la que remataron con 52 victorias y 110 derrotas.

Hasta la actualidad es uno de los pocos equipos, junto con los Nacionales de Washington, Cerveceros de Milwaukee, Marineros de Seattle, Mantarrayas de Tampa Bay y Rockies de Colorado, que no han ganado el título de mayor atracción de todo el año en Grandes Ligas: la Serie Mundial. No tienen un balance positivo desde el 2010 y no han concurrido a los playoffs desde el 2016.

Su jugador símbolo fue Tony Gwynn, considerado uno de los mejores bateadores de los últimos años, que ganó ocho títulos de bateo, que llegó a sumar promedio de bateo de 338 en 20 temporadas, todas con el equipo de San Diego.

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¿Cómo es que sus ejecutivos se arriesgan con tan millonaria contratación como la de Machado? ¿Se puede elevar el rol con la contratación de tanto costo sin tener la gloria de conseguir campeonatos ni series? La respuesta está en el manejo comercial, en los dineros que reciben por los derechos de televisión de los canales regionales y a nivel nacional, en los derechos de transmisión en las plataformas digitales, boletería, paqueos, suites, concesiones de comidas, venta de ropa deportiva, auspicios publicitarios y donaciones de sus dueños.

Los derechos de TV regional los negocia el club y los de las cadenas nacionales la oficina del comisionado, que generan al béisbol $ 1.500 millones. Además, los equipos que se pasan del tope salarial de $ 197 millones deben pagar un impuesto llamado de lujo, que es repartido entre los clubes que no lo rebasan y el sindicato de jugadores para sus jubilaciones.

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Hasta se pueden permitir dejar libres a peloteros que pasan a otros equipos y seguirles pagando grandes sumas sin estar en el equipo dueño de sus derechos deportivos.

Suponemos que se cansaron de ser eternos perdedores y entregarles a sus fanáticos la alegría de los triunfos a la hermosa ciudad de San Diego, famosa por sus hermosas playas, clima cálido y que alberga gran flota naval activa.

La pregunta es de cajón: ¿la llegada de Machado a los Padres alcanzará para ganar campeonatos? Nadie puede asegurarlo. Quizás para salir de los últimos lugares, sí. Dicen analistas que están reforzando bien la defensa del tercer cojín y, por sobre todo, la línea de bateo.

Hay que tener en cuenta que muchos equipos tienen nóminas poderosas y que además hay aún beisbolistas de mucho poder que están libres y buscarán hasta antes del día de apertura firmar jugosos contratos.

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En las últimas horas se conoció que Bryce Harper firmó con los Filis de Filadelfia el contrato más lucrativo y voluminoso de la historia del béisbol con un contrato de $ 330 millones por diez temporadas, mismo que supera en monto total al de Giancarlo Stanton con Marlins que totalizó $ 325 millones.

Las razones por tan alta cantidad se deben al promedio ofensivo de bateo de Harper, con promedio de .550, anotó 103 carreras, conectó 137 imparables entre ellos 34 dobletes, 34 jonrones y 100 vueltas impulsadas, guarismos que le valieron para ser elegido para el Juego de Estrellas con los Nacionales.

Otro jugador que estaba sin contrato y que al final renovó con los Rockies de Colorado es el tercera base Nolan Arenado (28 años), al que le pagarán $ 260 millones por las siguientes ocho campañas.

Algunos opinan que es mucho dinero el que se está pagando. Una buena parte se va en el pago de impuestos, pero que lo recuperan con los intereses que paga la banca por sus depósitos y otros ingresos como los contratos de anuncios publicitarios que suman otros millones más.

Dicen que no les alcanzará esta vida para gastarlo todo, a menos que lo despilfarren, lo derrochen en vanidades, extravagancias o locuras.

Estos megacontratos multianuales son reales o son burbujas que se pueden romper en cualquier momento. Los sueldos que paga el béisbol están en permanente ascenso desde que un jugador llamado Fergus Malone, de Chicago, firmó por $ 2.800 en 1874, aunque luego Babe Ruth provocó escándalo al romper todas las marcas cuando los Yankees le pagaron $ 52.000.

Ningún club se ha declarado en bancarrota por no poder honrar los contratos multimillonarios en Grandes Ligas, y esto seguirá creciendo de manera inimaginable. (O)

 

Ningún club se ha declarado en bancarrota por no poder honrar los contratos multimillonarios en las Grandes Ligas, y esto seguirá creciendo de manera inimaginable".