La hinchada del Barcelona tenía puestos sus ojos en la tan codiciada Copa Libertadores de América de este año. Estaba consciente de que ese sueño fue esquivo para el Ídolo del Astillero por dos ocasiones –al haber llegado a las finales de 1990, que perdió ante Olimpia de Paraguay, y la de 1998, perdida ante el poderoso equipo brasileño Vasco da Gama–, creía que en este 2019 era factible llegar lejos , en vista de que se ha conformado un equipo competitivo, con base en la estructura pasada y la incorporación de jugadores de experiencia, como el colombiano Sebastián Pérez y el nacional Fidel Martínez.

Esperanzado en avanzar de ronda al derrotar en la fase preliminar al uruguayo Defensor, en Montevideo y en Guayaquil, y cuando ya planificaba jugar contra Atlético Mineiro, llegó el bombazo de su descalificación en el torneo por error: hubo inscripción tardía de uno de sus refuerzos, Sebastián Pérez.

Desesperada, la dirigencia de Barcelona por tan nefasta resolución que lo perjudicaba no solo en lo deportivo sino también en lo económico, convocó a los medios con la finalidad de dar a conocer su versión. Y es ahí donde el presidente José Francisco Cevallos acusó a la Ecuafútbol como la responsable de no haber realizado el trámite de habilitación a tiempo, algo que luego lo corroboró el flamante presidente de la FEF, Francisco Egas, que autoinculpó al máximo organismo del fútbol como responsable del suceso incómodo que vivía su afiliado.

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El presidente canario, ni corto ni perezoso, enérgicamente enfatizó que tras las investigaciones llevaría adelante una millonaria demanda contra los responsables del acto administrativo fallido. Por supuesto, considerando que era la FEF la que lo había perjudicado, también creó una figura supuesta de un presunto ‘soplón’ que habría advertido al equipo rival del error administrativo en la inscripción. Como era de suponer todo quedó ahí en vista de que esta información, que se la declaraba reservada, no lo era tanto. Esto porque el sistema sí permite conocer las listas de inscritos de buena fe, los trámites para su habilitación y si se cumplen los requisitos o no por las partes interesadas, y que hay delegados que conocen las claves de usuarios para acceder al TMS, o al Comet –sean estos del Barcelona o del Defensor–. O sea, cualquiera pudo tener acceso al sistema y constatar si las inscripciones se habían hecho correctamente o no.

Al margen de este tema singular, que es factible como para crear un manto de intriga, más nos interesaba conocer si se hizo a tiempo la inscripción o quiénes eran los responsables de esa anomalía ante la Conmebol.

Sintiéndose perjudicados, unidos en una sola causa tanto la FEF como Barcelona viajaron a Paraguay, donde presentaron la correspondiente apelación contra la decisión del Tribunal de Disciplina de la Conmebol. Así se abría un nuevo escenario que les daría la razón a los toreros, pero no fue así. Los alegatos y demás razones fueron denegados por la Unidad Disciplinaria de la Cámara de Apelación, que ratificó la decisión del organismo de primera instancia.

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Con el pasar de los días, el presidente de la FEF, con la finalidad de proteger cualquier desenlace futuro, deslindó su responsabilidad cuando le recordó al BSC que el artículo 49 del reglamento de la Libertadores invoca la “responsabilidad exclusiva de los clubes” en la coordinación de los plazos para que las inscripciones finalicen correctamente el trámite.

Ante este manifiesto, me pregunto: 1) ¿Podrá Cevallos mantener su posición de demandar daños y perjuicios económicos a la FEF y qué repercusiones podrán sobrevenir si aquello de la demanda se hace realidad? 2) ¿Podrá separar Francisco Egas aquel mensaje que le envía el presidente del BSC, al mencionar que no es contra él, sino contra la institución que el preside? 3) ¿Se podrá resquebrajar esa unidad política y comercial que tienen Cevallos y Egas en el tema eleccionario que recién sucedió y en el comercial tomando en cuenta de la influencia que tiene el presidente de la FEF con el principal patrocinador de los canarios? Y 4) ¿Qué opinión tendría la FIFA sobre una demanda, por la justicia ordinaria, por parte de uno de los afiliados contra su Federación?

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Alquilo balcones para ver el desenlace de tan inédito caso en nuestro fútbol. Pero ahí no quedó. La Conmebol, en una muestra más de inoperancia, como la que demostró cuando no pudo organizar una final de la Copa Libertadores, en su última edición, y la desnaturalizó al llevar a tierras españolas, nuevamente protagoniza un papelón. Declara que 21 equipos sudamericanos presentaron fuera de plazo las listas de buena fe, y que en este caso, por ser una situación masiva, solo habrá sanciones económicas.

Como era de esperarse en nuestro país la afición barcelonista se indignó. Consideran que esa decisión es discriminatoria y sin perder tiempo Barcelona nuevamente arremetió contra la Conmebol al exigir que les restituya el derecho a seguir participando en la Copa Libertadores 2019 o que acepte el pedido de suspender la continuidad de ese certamen, como una medida cautelar.

La torpeza de la Conmebol fue haber declarado públicamente que “por tratarse de una situación masiva no se quitarán los puntos y solo habrá sanciones económicas”. Lo que correspondía era argumentar legalmente si los casos cuestionados eran similares o no al de Barcelona, algo que recién hizo cuando supo de la reacción enérgica del equipo ecuatoriano.

Así, la Conmebol manifestó: “Es importante recalcar que el caso de Sebastián Pérez, del club Barcelona, es sustancialmente distinto, atendiendo a que se incumplió la normativa de la FIFA respecto de la inscripción del citado jugador. En dicho caso, el club Barcelona lo incluyó en su lista de buena fe a pesar de que el mismo aún se encontraba reglamentariamente inscrito en la Federación Mexicana de Fútbol, conforme a lo dictaminado por los órganos judiciales”. Leído esto, la Conmebol considera como cosa juzgada la eliminación del Barcelona de la Copa Libertadores 2019.

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Queda en el ambiente la certeza de que hubo un cúmulo de errores administrativos cometidos por clubes, Federación y la Conmebol. También queda como lección que no hubo acuciosidad en el cuerpo administrativo, sobre todo el legal, de Barcelona para hacer un seguimiento del caso. Barcelona habría podido sugerir, por ejemplo, una inscripción provisional del jugador observado, como lo comentó la secretaria adjunta de la Conmebol, Monserrat Jiménez, o recomendar la no utilización del colombiano Pérez hasta que se aclare legalmente el tema.

A estas alturas quién o quiénes fueron responsables de un error administrativo no tendría tanta importancia si se llega a comprobar que la Conmebol ha actuado injustamente contra BSC al juzgar casos similares con diferentes sanciones. Por el momento tienen vigencia los pronunciamientos oficiales, convalidados por las instancias legales, y por esa razón el barcelonismo convive con sentimientos encontrados, entre la indignación y la desilusión. (O)

 

El flamante presidente de la FEF, Francisco Egas, responzabilizó del suceso incómodo que vivía su afiliado, pero luego se deslindó al recordarle a Barcelona el artículo 49 de la Conmebol".