Tom Brady, el voraz quarterback ganador de los New England Patriots, o Sean McVay, el entrenador prodigio de Los Angeles Rams, buscarán convertirse en héroes de los suyos cuando se vean las caras este domingo a partir de las 18:30 pm (de Ecuador) en el Super Bowl 53, en Atlanta.

El evento deportivo del año en Estados Unidos, por encima de la Serie Mundial de béisbol o las Finales de la NBA, congregará a más de 100 millones de telespectadores solo en el país norteamericano, que vibrará con la tercera participación consecutiva de Brady y los Patriots y con la insultante juventud de los Rams, llegados para acabar con la hegemonía de sus rivales.

En el futurista Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, algo más de 75.000 aficionados -que han desembolsado una media de 7.000 dólares por entrada- esperan ver un espectáculo que bata todos los récords.

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Para empezar, Brady puede conducir a los Patriots a su sexto título, lo que convertiría a la escuadra de Nueva Inglaterra en la más condecorada de la historia, empatada con los Pittsburgh Steelers. (D)