¿Es muy loco pensar que Japón pueda ser la sensación de la Copa América de Brasil…? Huuummmm… No, definitivamente no. Después de haberlo visto en el Mundial de Rusia vencer a Colombia con buenas intenciones futbolísticas, luego de protagonizar un fantástico partido ante Bélgica (perdió 3-2 en el minuto 92 tras ir ganando 2-0) y ahora golear a Irán con un fútbol en verdad espléndido no parece descabellado que el país del Sol Naciente cause un alto impacto en nuestra centenaria competencia. Quien abrigue dudas puede ver este viernes a las 09:00 (hora ecuatoriana) la final de la Copa Asiática entre la selección nipona y Catar y luego sacar conclusiones.

“Sabemos que la selección japonesa vuela, no queríamos que nos tocara en el grupo”, dice Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, quien admite que el portugués Carlos Queiroz será anunciado mañana y sábado como nuevo DT de la patria de Botero y García Márquez.

Los movimientos, la velocidad, el gusto por la posesión y sobre todo la técnica y habilidad de los samurais realmente asombran. ¿Cómo pudieron aprender tanto en tan poco tiempo…? Al fútbol argentino, una de las escuelas que enseñó al mundo a jugar desde los años 30, le encantaría tener una selección que practique ese juego tan bonito, atildado y ofensivo.

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“Ja, ja” Japón y Catar en la Copa América, qué vergüenza…”. Lo escuchamos tantas veces… Japón y Catar, los dos invitados de la Copa América en junio serán campeón y subcampeón de la Copa Asiática. Falta saber el orden. Muchos olvidan que Sudamérica no es hoy la misma potencia que era hace un tiempo, y que el llamado tercermundismo futbolero ha crecido tanto que nos deja perplejos, como Japón. Catar sigue en modo incógnita. No sabremos bien qué es hasta tanto verlo en Brasil. Pero si alguien imaginaba la Copa América como un fiasco por los dos invitados, vaya sacándoselo de la cabeza.

Apenas concluido el sorteo la semana anterior en Río de Janeiro, el grupo A (Brasil, Venezuela, Bolivia y Perú) fue considerado el “grupo de la suerte”. Realmente muy blandito para el local. El B quedó como el clásico “de la muerte” (Argentina, Colombia, Paraguay y Catar), pero el C sin duda es pesadillezco (Uruguay, Ecuador, Japón y Chile). Desde hace 26 años (Ecuador 1993) la legendaria copa se disputa con doce equipos, por lo cual es preciso invitar siempre a dos extracontinentales. Como muchos siguen rumiando contra esto, sirve explicarlo: Sudamérica tiene pocos miembros; para poder darle sistema de copa y no de campeonato, es decir con una primera fase y luego cuartos de final, semifinal y final, se necesitan mínimo tres grupos que decanten ocho cuartofinalistas.

Si participaran solo los diez sudamericanos deberían formarse dos grupos de cinco jugando todos contra todos. Demasiados partidos de fase de grupos para luego tener una ronda final poco atractiva: primero versus segundo de cada zona. “¿Por qué no se invitó a otros dos de América…?”, preguntaron muchos.

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Lo explica el mismo Jesurún: “Brasil quería una Copa de 16 selecciones y en tal sentido se invitó a Concacaf, pero México y Estados Unidos, los dos miembros de mayor peso, se opusieron. Aducen que la Copa Oro de ellos se juega en las mismas fechas que la nuestra y no tienen dos selecciones para participar conjuntamente. Es bastante lógico. Por ello pensamos en otros participantes; de Europa es imposible. Logramos que venga Japón, un gran equipo, y Catar, con el que Sudamérica mantiene excelentes relaciones y comercialmente es bueno para nuestro torneo, puede potenciarlo”.

También hubo otro escollo: las relaciones entre el norte y el sur de América están tirantes. Con enorme sorpresa, Conmebol se enteró de que, antes de la Copa del centenario realizada en 2016, Concacaf había registrado para sí, en Estados Unidos, el nombre Copa América, una marca que le corresponde a Conmebol desde 1916. Por tanto, pretendía quedarse con los derechos comerciales y televisivos.

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Esto fue tomado como alta traición por el sur. Finalmente, con la mediación de la FIFA, el diferendo se zanjó y el diálogo entre ambas se reanudó, pero sigue habiendo tensión. En el norte consideran que también son América; y lo son, pero la Copa es una creación de nuestra región, más exactamente una idea rioplatense.

La Confederación Sudamericana ya convino con la FIFA que la Copa América se dispute de manera cuatrienal, en los años pares y entre medio de Mundial y Mundial, como la Eurocopa. Para ajustar el calendario, se realizará otra edición en 2020. Allí, si el vínculo con Concacaf se recompone del todo, puede que vuelva a jugarse un torneo de 16, con diez de acá y seis de allá. Y en Estados Unidos. Caso contrario, se disputará otra vez en nuestro subcontinente con doce participantes. Ya hay dos aspirantes a albergarla: Argentina y Colombia. Luego, en 2024, está fijo Ecuador como anfitrión.

Volviendo al juego propiamente dicho, la satisfacción por el fútbol lucido que puede aportar Japón y el rótulo de finalista asiático de Catar (primera selección en los 63 años de la Copa Asiática que hilvana seis victorias seguidas en el torneo sin recibir ni un gol) se opone la mala nueva de la lesión de Neymar, al parecer más grave de lo que se pensaba y que lo alejaría de la competencia por tres meses o más. Tan seria es que el técnico Tite anunció una posible no convocatoria si no está en perfectas condiciones físicas. Sería una baja muy sensible dada su popularidad y juego.

El quinto metatarsiano, que volvió a fracturarse, es un hueso muy delgado que está justo en el empeine del pie, en este caso el derecho, con el que se impacta el balón. Y es la segunda vez en un año que se lo quiebra por pisar mal. De allí la alta preocupación. A ello se suma el enigma Messi: ¿volverá a jugar para Argentina…? Sería deseable ver en Brasil (país que lo admira extraordinariamente) al mejor futbolista del mundo, engalanaría el torneo, pero si es hermético de naturaleza, Leo, de este tema menos quiere hablar, ni permite preguntas al respecto.

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Messi le ha dado muchísimo a la selección argentina (al revés de lo que piensan millones) y solo ha recibido ingratitud. Ahora, con César Luis Menotti como líder, hay una nueva promesa de armar una selección seria, organizada, aunque va con un técnico interino. El otro problema es que los torneos europeos terminan muy encima de la Copa América. Habrá que esperar, aunque Menotti dijo tener la absoluta seguridad de que, si lo convocan, Messi vendrá.

En realidad, nunca se negó, pero el golpazo de Rusia fue duro y hay que ver si desea venir para un torneo del que el mismo presidente de la AFA dijo que “la idea no es ganar la Copa América”. Algo que no debería mencionar ni el presidente de Trinidad y Tobago. (O)

 

 

Muchos olvidan que Sudamérica no es hoy la misma potencia que era hace un tiempo, y que el llamado tercermundismo futbolero ha crecido tanto que nos deja perplejos, como Japón."